Agradece a El Nacional
Señor director:
Hace aproximadamente dos semanas, quien suscribe, le realizó una visita de cortesía junto a mi abogado el doctor Luis Arzeno, en la que agradecíamos el gesto de tan importante medio de prensa que usted con tanta dignidad y altura dirige (Periódico El Nacional) en ocasión de explicarle lo acontecido en el artículo sobre Ginecología Actualizada que dirige una distinguida dama de nuestra sociedad, la doctora Lilliam Fondeur. Tal como le expresé en ese momento, nuestra sociedad se siente altamente satisfecha, orgullosa y muy agradecida de los aportes brindados, tanto por ese prestigioso medio, como por la doctora Lilliam Fondeur a nuestro país, y jamás ha sido, ni será mi intención iniciar un proceso en contra de ustedes, por lo que ratifico por esta vía mi profundo agradecimiento por el trato dispensado hacia mi persona.
Sin otro particular por el momento. Se despide,
Atentamente,
Lic. Julio Rafael Romero Villar
Ex Diputado de la República
Productos costosos
Señor director:
Quisiera saber por qué tienen tan altos precios en los supermercados productos como las uvas y las fresas, que, como se quiere aparentar, no son artículos de lujo, menos en este tiempo, cuando se supone que los alimentos deben estar al alcance de la gente.
Cien pesos o más por una libra de uno de estos productos, es demasiado dinero, cuando tanta gente tiene necesidad de combatir la anemia o de estabilizar las funciones del aparato digestivo.
Ciertamente, en este país la oferta se aumenta para el que tiene, pero los administradores de las empresas grandes y medianas, y tampoco los de las pequeñas, se acuerdan de que los trabajadores tienen que adquirir ciertos productos.
El consumo en los sectores bajos y medios tiene una estructura muy diferente al consumo en los sectores más altos, y es porque el salario alcanza para poco y quien está sujeto a un ingreso determinado al mes, es ése su ingreso aunque sus necesidades sobrepasen este monto.
No hay que hablar de pescado, semillas o frutas secas, también son para ricos. ¿Estamos destinados a satisfacer siempre a la misma gente?
Atentamente,
Lic. Danilda Cruz
Santo Domingo

