Carta de los Lectores Opinión

CARTA DE LOS LECTORES

CARTA DE LOS LECTORES

Alzó la voz

Señor director:

En su primera audiencia pública al conmemorarse el Día del Poder Judicial, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, doctor Mariano Germán, habló alto ante decenas de jueces e invitados especiales, más los espectadores de la pantalla chica y la prensa nacional. Siendo su primera sesion abierta en esa alta instancia, resulta estimulante que cantara como gallo, toda vez que el Sistema Judicial, como la mayoría de las instituciones del Estado, está en la picota pública por las decisiones judiciales que la ciudadanía cuestiona.

Pero ese discurso representa una cara de la moneda; la otra cara la representa el escepticismo con que la población recibe la oratoria de los funcionarios públicos. Ya la gente no les cree, debido a que normalmente faltan a su palabra y a la verdad. La gente asume que son poses de entrada a los cargos porque después hacen lo contrario. Arengar a los jueces miedosos, amistosos, caprichosos, sobornables y demás, a que renuncien a sus cargos para no ser expulsados, más que una advertencia, es una amenaza.

Los discursos como el que estamos comentando, hacen mucha falta en la administración de las cosas del Estado, siempre que vayan acompañados de su ejecución práctica. El país esta ávido de que se sancione a quien falte a la Constitución, a las leyes y a las reglamentaciones establecidas. Quien no sanciona los malos actos se hace cómplice de sus autores y se descalifica para dirigir, pues no sería responsable ni ético. La democracia no es inmoral ni libertina. La presente gestión de la Suprema Corte de Justicia esta obligada a superar algunos baches de la gestión saliente. Una provincia que necesita atención templada y privilegiada es San Cristóbal, marcada hoy por la violencia y con evidente presencia del crimen organizado.

La Policía Nacional, la Procuraduría, la Suprema Corte de Justicia y la DNCD deben vigilar y apoyar la sana convivencia en San Cristóbal, y ojalá asuman el llamado de monseñor Francisco Arnaiz y otros obispos y pastores, quienes piden controlar el desenfreno diversificado que afecta a dominicanos y dominicanas.

Mientras tanto, esperamos que Germán honre su discurso. Otros funcionarios han cantado como gallos para luego poner como gallinas. Por ahora, vale reconocer su discurso y esperar por su práctica.

Atentamente,

Lic. Santiago Martínez

Santo Domingo

El Nacional

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