Carta de los Lectores Opinión

CARTA DE LOS LECTORES

<P>CARTA DE LOS LECTORES</P>

Los docentes

Señor director:

En 1a edición del 12 de diciembre del periódico El Nacional, en primera plana, la ministra de Educación,  Josefina Pimentel se lamentaba de la mala calidad de los maestros del sistema público. Estas declaraciones fueron inoportunas y carentes de objetividad de parte de la distinguida funcionaria. He sido educador por más de 30 años y, como dirigente que he sido de nuestro gremio (presidí la seccional de la ADP en Salcedo), doy fe de la entrega, de la responsabilidad, y sobre todo de la capacidad de la gran mayoría de los maestros y maestras del sistema educativo público. ¿Qué otro profesional es tan sacrificado como el profesional de la educación?

Para muestra, algunos botones:

¿Puede una maestra o un maestro subsistir con un miserable salario de 8,972.00 al mes? Yo, que veo a diario en mi centro de trabajo a mediodía cuando mis compañeras tienen que salir apresuradas a cocinar para ellas y para los suyos, y a 1as 5:30 de 1a tarde tienen que retomar los quehaceres domésticos, sé cómo viven los integrantes de este sector. Los fines de semana, en vez de utilizarlos para recrearse, diferente a la señora ministra, las docentes tienen que concentrarse en el hogar a planchar, a lavar y a otras tareas similares.

Una razón fundamental es la carencia de recursos económicos, debido al bajo salario. Hay que agregar a esto el pago de transporte para ir a cumplir con el sagrado deber de servir a la sociedad. De ese bajo salario, hay que sacar el pago de alquiler de vivienda (más de un 80% de los educadores y educadoras de nuestro país no tenemos techo propio).

La señora ministra no podía vivir con un sueldo de 185,000 pesos, y por eso aumentó 115 mil pesos a su sueldo, entre otros privilegios; pero un docente tiene que vivir con un miserable sueldo de 8,972.00 pesos al mes por tanda.

Todos y todas sabemos que el sistema educativo (público y privado) pero por donde debe comenzar esa mejoría es justamente mejorando la calidad de vida de nuestros maestros y maestras.

Los maestros y las maestras no somos malos, malo es este sistema injusto excluyente y criminal, impuesto por esta clase de gobernantes a la cual la ministra no califica como mala.

 Atentamente,

Prof. Ramón E. Correa S.

Salcedo.

El Nacional

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