Nochebuena
Señor director:
Nochebuena es un día especial. Para los gobiernos, con repartir canastas o cajanastas para bajar el nivel de la presión social, está bien. Para los ciudadanos y las ciudadanas de conciencia, el saber que hay tanta gente pobre, les hace pensar en la Nochebuena de otro modo.
El gobierno de Danilo Medina, estoy de acuerdo con que reparta canastas, pero que lo haga con la visión de no tener que repartirlas en los años sucesivos. Porque se haya creado empleo, porque la educación marche bien, porque haya pasado a la historia el tiempo en que la gente cobraba unos cuantos pesos tras una larga quincena de diario y duro trabajo.
En mi juventud fui estudiante de sociología, y tuve que emigrar dejando por mitad la carrera, porque la vida no me sonrió. Me quedé sin empleo y perdí el apoyo familiar porque murieron mis padres, pero siempre he tenido esa inquietud. Pienso que otro mundo es posible y que en la República Dominicana es necesario que la gente de conciencia se una para formar algo mejor que lo que han dado los partidos tradicionales, cuando se ha probado que ellos nada bueno pueden ofrecer.
La cena de Nochebuena en familia, todavía la extraño, pero no puedo hacer otra cosa que poner alegría en la casa de mi hermana, ya que ella se emplea en poner los mejores pasteles que se puede encontrar hoy.
Nada tengo en contra o a favor de políticos dominicanos de hoy, pero creo que no han hecho lo suficiente para que todos los dominicanos y dominicanas vivan como debe vivir el ser humano.
Si hubiera justicia, muchos de los que hoy somos emigrantes, estaríamos en Santo Domingo, disfrutando de la brisa, de las playas y del buen ambiente, que ahora ha sido dañado por las pandillas, que rompen la tranquilidad.
Me gustaría que un día en mi país se pueda vivir como Dios manda. De todos modos, cuando se presente la oportunidad, yo regresaré.
Es nostalgia de mi pueblo, que quizás ha llegado al máximo en esta temporada, por ser tan especial. Quiero que la Nochebuena sea una noche buena para mis compatriotas.
Atentamente,
Federico López.
San Juan, Puerto Rico.

