Todo es confusión
Señor director:
Poniendo los apagones como contenido matriz, de las Edes y Punta Catalina han creado y difundido informaciones para confundir la población, pues no dejan claras las causas reales de estos tormentosos y dañinos apagones. Unos se los atribuyen a las distribuidoras por falta de recursos y la pérdidas del 30% de la energía que compran, debido al robo de esta que hacen ciudadanos inescrupulosos. Otros se lo pegan a los generadores dizque porque no tienen suficiente energía para el normal abastecimiento a las distribuidoras o que el gobierno estaba muy endeudado con dichas empresas generadoras. Confusa fue también la información del oficialismo de que entregarían más de 300 millones de dólares a Punta Catalina sin dejar claro si eran parte del costo del contrato original con la constructora o si una adenda al costo convenido en el contrato.
De este mar de opiniones confusas, el juicio más elaborado y socorrido por ciertos sectores de la población es que es una estrategia del gobierno para arrancar sentimiento de afecto y cariño de la ciudadanía a favor de Punta Catalina, de la que se dice que resolvería el problema de los apagones. Sería una estrategia nada sana para que la población acepte tranquila la erogación de más recursos para el negocio sucio con Odebrecht, tratándose de una planta contaminada de origen, además de la contaminación medioambiental que producirá por el uso de carbón. Pudiera ser un ardid para calmar las masas, disgustadas todavía con las acciones corruptas de algunos personajes dentro y fuera del congreso con la protección del gobierno.
A pesar de los beneficios que pudiera dar esta planta, por ella se siente rechazo en vez de satisfacción y alegría, dado el consabido engaño del gobierno y sus colaterales que la concibieron como una fuente de contubernio, sobrevaluación, estafa, abuso de confianza y demás hierbas perjudiciales para la salud del pueblo. Además del repudiable monto del contrato, el gobierno eroga una grande suma, millonaria e innecesaria en asesoría, administración, bocinas y publicidad escrita y televisiva. La mayoría de la población repudia la mafia y a los mafiosos, al punto que los sicorrígidos prefieren los apagones antes que usufructuar un servicio de origen turbio y mafiado como Punta Catalina.
Atentamente,
Lic. Santiago Martínez

