Muertes maternas
Señor director:
Las muertes maternas y neo-natales son uno de los rasgos más inquietantes del subdesarrollo. Por desnutrición de la madre, o la falta de antibióticos para el embarazo o el parto, mueren decenas de dominicanas.
Es un fracaso de los programas sanitarios. No hay prevención, ni asistencia médica adecuada. Además, los factores nutricionales son golpeantes para las mayorías.
Hay que mejorar los centros de maternidad y los hospitales dedicados a los niños en los primeros momentos de su desarrollo. Si no se mejoran los programas de asistencia social, llegarán más desamparados a las precarias consultas médicas.
No se puede ver el cuadro de las muertes neo-natas o infantiles como un producto aislado de la sociedad. Es una muestra del colectivo que está fallando. El sistema se fortalece, pero se tambalea la estabilidad de los seres humanos que no son números ni estadísticas.
Atentamente,
Manuel Hernández Villeta
Entre mugre y exclusión
Señor director:
“De Voces y Ecos”, su artículo “Entre mugre y exclusión” (El Nacional, viernes 18 enero 2019, p. 17), nos lleva a la siguiente reflexión:
1. Si de Palmarejo cae palmarejero o palmarejano, y de Villa Linda cae villalindero o villalindano.
2. De la “fusión” de ambos derivaría palmalindero o palmalindano.
3. Ya tenemos precedentes de Monte Cristi y Puerto de Plata, de donde nace Monte Plata y los monteplateños.
4. También de Bayajá y La Yaguana, de donde nació Bayaguana y el bayaguanero (dicho como santiaguero), o bayaguanés (dicho como guyanés de la Guyana o santiagués de otro Santiago).
5. Al ritmo que vamos dividiendo el territorio, pronto tendremos regidores, alcaldes y diputados por barrios y manzanas en las ciudades y por parajes en las zonas rurales. O quizás por puntos de ventas de polvo blanco como tiene Baní y los banilejos, para no ir muy lejos. Toda una ilusión de progreso y falso bienestar en papeles.
6. Nos quedan las República de Haití y la República Dominicana: ¿será la República Haitianodominicana o la República Dominicohaitiana?
7. Reciba nuestro afectuoso saludo con la admiración y respeto de siempre.
Atentamente,
Francisco Bernardo Regino E.