Carta de los Lectores Opinión

Cartas de los lectores

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¿Dónde está la esperanza?

Señor director:
A los dominicanos se les tiene que insuflar la esperanza en el porvenir. Trabajar hoy a tiempo completo, para hacer viable un mejor futuro colectivo. En ocasiones da la impresión de que la República Dominicana es un conglomerado estancado y sin piernas para seguir caminando.

Si se hace una encuesta, una gran mayoría de dominicanos perdió la fe en lo que viene. Para rescatar las esperanzas, hay que comenzar a trabajar desde hoy. El futuro da sus primeros pasos en el día de hoy.
No hay futuro, si hoy no se trabaja y se piensa. Si el dominicano de este momento se encuentra sumergido en la desesperanza y en el abandono, bajo ninguna circunstancia estará pensando en un amplio programa de desarrollo.

No hay amor al trabajo, donde cunde el desempleo. Si la mayoría no encuentra donde vender su mano de trabajo o su capacidad intelectual, entonces estamos en un círculo que será difícil romper.

Las instituciones por siempre han sido de barro. Se han convertido en la imagen y semejanza de unos poderosos de turno. Hoy hay que fortalecer a las instituciones. Sino entraremos a vivir en la ley del más fuerte, y el sálvese quien pueda.

Y ese no es el camino de una sociedad civilizada. Hay que comenzar salvando a la justicia. Alejar los dedos que le señalan la comisión de irregularidades y de favorecer impunidades. La justicia tiene a muchos representantes serios y dignos, sin colas que le pisen, pero hay manzanas podridas, y estas deben ser sacadas del sistema.

No ser eliminadas por simples suposiciones, sino en la verificación de su norma de acción. A los fiscales o magistrados que los señalan, que se presenten pruebas en su contra. Es necesario verificar cada caso, porque si se implementa la ley de la vendetta, se desacreditara la limpieza judicial.

También los organismos de seguridad pública tienen que ser reforzados, y sacar de su entorno cualquier asomo de irregularidades. Estos organismos son auxiliares de la justicia, y no están llamados a aplicar justicia con sus manos.

Proponemos dos soluciones in-situ a los problemas judiciales y de investigación del delito. El Procurador General de la República debe ser nombrado por el Senado o la Suprema Corte de Justicia, y no por decreto del Poder Ejecutivo. Hay que también crear la Policía Interna, con fiscales adscritos a la Procuraduría.

Atentamente,

Manuel Hernández Villeta

El Nacional

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