Carta de los Lectores

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Ejecuciones judiciales

Señor director:

En el sistema legislativo dominicano no existe ley orgánica que establezca quién debe encargarse de las ejecuciones judiciales; es este vacío es que ha legitimado la práctica de que la persona interesada es la que debe poner en acción el cumplimiento de la sentencia, ignorando las disposiciones establecidas en la Convención Universal de los Derechos Humanos y la Constitución de la República Dominicana quienes ponen a cargo del Estado el cumplimiento de las sentencias por tener fuerza de ley.

Utilizando el Derecho comparado vemos que es a los Alguaciles a quienes les corresponde dicha tarea, tomando en cuenta que sus homólogos tienen distintos nombres pero las mismas características dependiendo del país, podemos observar las atribuciones de los «US Marshalls» a nivel federal y de los «Sheriff» a nivel Estatal en el sistema judicial norteamericano; los Curiales o Ejecutores Judiciales en Suramérica; en Europa son Beilys o Agentes Judiciales, entre otros distintos nombres que a lo largo de la historia han recibido los funcionarios que realizan esta labor.

Esta debilidad queda evidenciada con la enorme cantidad de sentencias incumplidas; para muestra el Tribunal Constitucional Dominicano declaró que más de cien de sus sentencias no han podido ser ejecutadas.

Conscientes de las problemáticas y decididos a trabajar en las soluciones, un grupo de alguaciles nos dimos la tarea de comenzar la transformación correspondiente a la ejecución judicial y rescatar la dignificación del funcionario llamado Alguacil. De manera privada fundamos la “Academia Nacional de Alguaciles”, único instituto especializado en el área; respaldamos la propuesta legislativa la “Ley del Alguacil” que cursa en la Cámara de Diputados; propusimos al Consejo del Poder Judicial la resolución puente “El Estatuto del Alguacil”; participamos en la Cumbre del Poder Judicial “Visión Justicia 20/24”; pusimos en circulación el Libro “La Institucionalización del Alguacil, el órgano que todo juez necesita” y formamos a más de 76 personas que aspiran a ser alguaciles, en una jornada extensa de 16 horas de docencia.

Este es nuestro primer año de ejercicio y hemos dejado nuestras huellas en el camino; camino que esperamos que algún día supere la arrogancia del poder y sea asumido por las autoridades judiciales por el bienestar del país y el fortalecimiento institucional del Estado dominicano.

Atentamente,

Lic. Álvaro José Caamaño

El Nacional

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