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Católicos apoyan restringir alcohol en las navidades

Católicos apoyan restringir alcohol en las navidades

Santiago. El semanario católico Camino anunció su respaldo al pedido de que el ministro de Interior y Policía restrinja todo el año la venta de bebida alcohólicas, en el entendido de que su consumo, principalmente los fines de semanas, provoca eventos que muchas veces terminan en muertes.
En su editorial de este domingo, titulado “Una carta por la vida”, el órgano escrito del Arzobispado de esta demarcación define como “alarmante” el consumo de alcohol en el país.

Destaca que República Dominicana ocupa el sexto lugar en América Latina con mayor volumen de consumo y que lo más preocupante es que el grupo de edad que más lo consume se encuentra entre 14 y 29 años.

“Solo tenemos que observar los fines de semana cuando vemos calles convertidas en bares en donde las botellas consumidas se colocan como un monumento”, precisa el editorial.

Y Agrega que las consecuencias son graves, citando entre ellas riñas y trifulcas que llegan a la muerte.
“Se incentiva la violencia a su máxima expresión, y los accidentes de tránsito provocados por conductores embriagados nos están trayendo tragedias que tatúan el alma de familias que llevarán por siempre la marca de una tristeza profunda”, remarca.

Por eso, para el semanario Camino se debe resaltar la importancia de la carta enviada por varias instituciones al ministro de Interior y Policía, para que se mantenga la restricción de horario para la venta de bebidas alcohólicas durante todo el año como lo establece el Decreto 308-06.

Generalmente, en navidades dejan libre los horarios.

En tal sentido, el periódico católico aboga porque no haya excepción para la época navideña que se aproxima. “No convirtamos este país en un bacanal. No fomentemos el vicio y el desenfreno social”.

Cita que las naciones que han progresado y tienen un nivel de vida de calidad, son celosas con el respeto a las leyes y hay consecuencias para quienes las violen física y mental de la población.

“Con un pueblo borracho y drogado no se construye el presente, y menos un futuro esperanzador”, concluye.