La parálisis de la actividad económica y la propagación del coronavirus han colocado a las autoridades en una verdadera disyuntiva. Pero ante la desesperación de quienes defienden una apertura gradual del comercio tiene que imponerse la sensatez, como planteó el presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Pedro Brache. Si el país no está todavía en condiciones de levantar las restricciones sanitarias lo mejor es esperar el momento adecuado. Con las medidas que se han adoptado no puede hablarse de una batalla entre el hambre y la salud. Los comerciantes y demás sectores que presionan por la reapertura de las actividades, aunque sea de manera gradual, deben tener la paciencia de esperar a que el peligro se supere. Y presionar a las autoridades para que actúen en forma responsable para contener la expansión de la pandemia.

