¿Qué Pasa? Noticias importante

«Un latido que no se apaga»: Celebrando el Día Nacional del Merengue

«Un latido que no se apaga»: Celebrando el Día Nacional del Merengue

Hoy, miércoles 26 de noviembre, el país musical celebra el Día Nacional del Merengue, una identidad que resiste embates de ritmos que van y vienen, pero como ADN musical de los dominicanos se mantiene fortalecido.

En 2005, el Estado dominicano institucionalizó el día mediante el Decreto núm. 619-05. Once años más tarde, el 30 de noviembre de 2016, la UNESCO lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, sellando ante el mundo lo que el pueblo dominicano siempre supo: que el merengue no es solo música, es historia viva, es idioma del cuerpo, bandera que suena.

En medio de la celebración, voces autorizadas del género y de la industria musical reflexionan sobre el presente de este ritmo autóctono.

Puedes leer: Adopae realizará conversatorio por el Día Nacional del Merengue

“El Negrito de Villa”, Sergio Vargas, con la autoridad de quien ha vivido el merengue desde adentro, lo define con una certeza que no admite discusión. “El merengue se celebra solo”.

Recuerda cómo desde los años 30, bajo la era del tirano Rafael Leónidas Trujillo, fue llevado a los grandes salones de la aristocracia, y cómo hasta hoy no hay fiesta que verdaderamente comience sin un merengue sonando fuerte.

En 2005, el Estado dominicano institucionalizó el día mediante el Decreto núm. 619-05. Once años más tarde, el 30 de noviembre de 2016, la UNESCO lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Para Vargas, el merengue sigue siendo un “artículo de lujo” que paradójicamente no siempre recibe el valor que merece en su propio país, mientras en mercados como Venezuela, Colombia, Panamá y Puerto Rico se respeta y multiplica.

En ese sentido el empresario artístico Amable Valenzuela lo analiza desde otro punto de vista. “El merengue sobrevive, sí, pero con dificultades. Falta un nuevo ídolo, faltan escenarios de formación como los antiguos festivales de la voz, falta el apoyo estatal para crear bandas municipales que antes eran semilleros de grandes músicos”.

A esto se suma la escasez de nuevas producciones discográficas y el aumento desmedido de las tarifas de las grandes orquestas, factores que han hecho menos rentables los conciertos de merengue, asegura Valenzuela.

Frente a ese panorama, el veterano empresario artístico Luis Medrano responde con una frase que parece un golpe de tambora. “El merengue es, sigue siendo y será siempre ‘letal’ frente a cualquier ritmo que surja”. Una sentencia breve, pero cargada de fe en la historia y en el poder del género musical.

De su lado, Kinito Méndez, “El Hombre Merengue”, con la mirada puesta en el presente y el porvenir, dice que la música dominicana es el merengue, sin rodeos. Y este 26 de noviembre lo encuentra en “buena posición”: con estrellas consolidadas recorriendo el mundo, con una nueva generación que, aunque no es cien por ciento merenguera, empieza a asimilarlo con más fuerza, y con jóvenes talentos que vienen a refrescar el género.

“Ser Patrimonio de la Humanidad es un logro enorme que confirma la grandeza de esta música”, destaca. De las afirmaciones de empresarios y merengueros se desprende que el merengue no es pasado. No es moda. Es raíz que no se rompe. Y mientras haya un dominicano en cualquier lugar del mundo, habrá un merengue listo para sonar.