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Censura en Mirex

Censura en Mirex

Elvis Valoy

Han causado sorpresa las recientes instrucciones del ministro de Relaciones Exteriores Roberto Álvarez a los jefes de misiones diplomáticas y consulares, obligándolos a estar autorizados por el MIREX para participar en entrevistas en medios de comunicación, todo esto debido a que es el propio mandamás de Cancillería, quien debiera abstenerse de hacer apariciones públicas, pues se mantiene cometiendo incalculables errores en sus inexcusablemente desacertadas intervenciones.

Cancillería está huérfana con Álvarez, pues cada vez que éste aparece ante las cámaras y micrófonos haciendo uso de la palabra, demuestra su falta de prudencia y total desconocimiento de sus funciones, cometiendo errores hasta en las entrevistas complacientes en las que participa.

De tropiezo en tropiezo, el director del MIREX inició su administración anunciando el traslado de la embajada dominicana de Tel Aviv a Jerusalén, haciendo que hoy nuestra hermosa Media Isla no pueda ofrecerse como territorio para que israelís y palestinos negocien un acuerdo de paz que lo está pidiendo el mundo entero.

No contento con esa pifia y sin calidad para silenciar a nadie, el encargado de nuestra política internacional se ha mantenido inmiscuyéndose en los asuntos haitianos, permaneciendo todo este tiempo, «sugiriéndole» a nuestros vecinos programas gubernamentales y «recetas» que nadie les ha pedido.

La incoherencia, improvisación y desconocimiento de la hoja de ruta de una cancillería, ha sido evidente en el discordante discurso de Álvarez, y como ejemplo está su aparición en el Senado, en donde dijo una cosa, para luego en la práctica hacer otra muy diferente.

Pero el punto culminante de la historia anárquica e imprudente que ha acompañado a la gestión desastrosa y fallida de Roberto Álvarez, lo representó su comparecencia ante la Cámara Americana de Comercio, en donde éste arremetió despiadadamente en contra de un importante grupo comercial del país.