Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) anticipa que la economía dominicana crecerá en 2016 un 6%, la de mayor incremento en América Latina que en promedio sufriría una contracción de 0,8%.
En ese estudio se señala que la economía mundial mantendrá bajos niveles de crecimiento, acompañado por una lenta expansión del comercio que no ha logrado recuperar los niveles registrados antes de la crisis financiera global de 2008.
Son muchos los factores internos y externos que confluyen para que el PIB dominicano marche en dirección opuesta al de la región, entre los que se destacan el incremento de la minería, construcción, turismo, baja del petróleo y la recuperación de la economía estadounidense.
La economía dominicana crecerá este año por encima de la media de América del Sur, que sufrirá una reducción de 2,8%; de América Central, cuyo crecimiento sería de 3,8% y de la región del Caribe, que tendría una contracción del 0,3%.
Falta saber si Gobierno y sector productivo mantendrán sus apuestas a la suerte de un ventajoso precio del petróleo, repunte en el precio del oro, del programa de construcción de escuelas y del crecimiento del turismo, porque si es así, vale la pena advertir que esos factores pueden cambiar de un momento a otro.
La propia Cepal aconseja promover coaliciones público-privadas y políticas que creen incentivos adecuados para canalizar el financiamiento hacia los objetivos de desarrollo, así como promover la inclusión financiera como política de inserción productiva y creación de nuevos mercados, En otras palabras, lo que se aconseja es que República Dominicana aproveche los factores internos y externos que motorizan el crecimiento de su economía para promover alianzas y programas de largo plazo entre sectores público y privado para garantizar sostenibilidad financiera, incremento en la producción y productividad y equidad social.
Gobierno, empresariado y clase política están compelidos a concertar en el corto plazo los pactos eléctrico y de fiscalidad, así como promover consenso para garantizar adecuado abordaje al déficit fiscal y cuasi fiscal, como forma de que el crecimiento de la economía se sostenga más en la certidumbre que en la suerte.