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Cervantes y China

Cervantes y China

Eduardo Álvarez

Cervantes fijó su atención en China. La segunda parte de su obra magna, Don Quijote de la Mancha, propició la ocasión. Estaba al mando el emperador Wanli de la dinastía Ming, una de las más prósperas y poderosas de la antigua China. Miguel de Cervantes y el emperador Wanli pudieron haberse encontrado hace más de 400 años. Ambos tuvieron la oportunidad de reunirse pero no lo hicieron.

El escritor español reveló haber sido invitado por el Emperador de China, para viajar a Beijing y establecer allí un colegio de la lengua española. La referencias atribuyen al autor otros testimonios sobre un posible viaje a oriente. Entonces, misioneros europeos habían viajado a China para difundir la religión y la sabiduría occidental, y a su vez regresaban con inéditos conocimientos sobre China.

Es probable que Cervantes abrigara las ganas de conocer el país oriental y, ¿por qué no?, llevar su novela. Se aduce, sin embargo, que su avanzada edad y padecimientos lo disuadieron de emprender tan largo viaje. En 1616 rondaba casi 70 años, en vista de que nació 1447. Enfermo, como estaba, no podía soportar un viaje a una distancia tan remota.
Hubo otra razón de peso. Durante dos años, de 1614 1616 se ocupó de la segunda parte de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, para salirle al frente al plagio y usurpación de un impostor, Alonso Fernández de Avellande, lo cual provocó la indignación de Cervantes al usurpar y plagiar su obra.

El viaje a China del renombrado escritor no se produjo. Pero la idea del emperador Wanli es ya una realidad. Actualmente opera con notables logros el Instituto Cervantes en Beijing, fundado en 2006.

En 1922 apareció la primera versión de Don Quijote en escritura china, convirtiéndose así en el primer libro de la literatura española traducida a chino. Con el título en “Moxiazhuan”, literalmente “Biografía del Caballero Loco”, fue publicada en Shanghai y traducida desde el inglés por el escritor Lin Shu y su ayudante Chen Jialin. Por supuesto, actualmente circulan varias traducciones de la obra, de su lengua original al chino. (El presente artículo está basado en un interesante trabajo del apreciado amigo Fidel Soto, de Casa de China).