La diplomacia es una de las pocas profesiones donde se conjugan a la perfección las normas, las reglas y la elegancia. Como instrumento esencial de la política exterior de los Estados, sus resultados están directamente vinculados al posicionamiento estratégico de las naciones. En el caso de la República Dominicana, no cabe duda de que hemos alcanzado una posición de preponderancia en la geopolítica regional, la cual debemos proteger con firmeza e inteligencia. Vivimos en un mundo interconectado, donde los detalles no solo cuentan, sino que marcan la diferencia.
En los últimos días, se ha suscitado un interesante debate en el país con relación a la X Cumbre de las Américas, que se celebrará bajo el lema “Construyendo un hemisferio seguro, sostenible y de prosperidad compartida”, y de la cual seremos orgullosos anfitriones el próximo mes de diciembre. El canciller Roberto Álvarez ha reiterado el firme compromiso de la República Dominicana con la organización de una cumbre inclusiva y efectiva, que no solo aborde los temas actuales de interés regional, sino que trace un camino proactivo hacia el futuro.
Con ese objetivo, el Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX) ha contemplado la confección de unas 1,200 chacabanas de lino, por un monto estimado de RD$18 millones. Cada pieza, con un costo aproximado de RD$12,000, será distribuida de acuerdo con las funciones, el nivel de exposición frente a los invitados internacionales y la participación de los servidores públicos en los diferentes actos protocolares del evento, que se extenderá por una semana. Estas chacabanas constituirán el uniforme oficial de tan trascendental cita.
En esta histórica edición, están convocadas 35 naciones del hemisferio. Será la primera vez que una Cumbre de las Américas se celebre en República Dominicana y apenas la segunda en el Caribe, luego de Trinidad y Tobago. Esto representa un hito que debe ser valorado en su justa dimensión.
Si aplicamos una visión costo-beneficio, es evidente que no se trata de un gasto, sino de una inversión estratégica. Este evento fortalecerá nuestro liderazgo regional, afianzará nuestras relaciones diplomáticas y elevará aún más el reconocimiento de la República Dominicana como un Estado anfitrión capaz, confiable y bajo la mirada del mundo.
Además, se proyecta un impacto positivo en el turismo, uno de los pilares fundamentales de nuestra economía. La celebración de esta cumbre generará un significativo movimiento económico para la ciudad de Santo Domingo, con la llegada estimada de unas 7,000 personas entre jefes de Estado, primeros ministros, cancilleres y delegados oficiales, así como 800 colaboradores en labores operativas y 1,600 miembros del personal de seguridad.
Elvis Lima / limafueraderecord@gmail.com