¿Qué Pasa?

Chucho Avellanet  habla de su lucha contra cáncer

Chucho Avellanet  habla de su lucha contra cáncer

(El Nuevo Día).- El cantante Chucho Avellanet afirma que el humor es la clave en la lucha para curar el cáncer. “Los médicos  te aconsejan reír y en las terapias te ponen películas cómicas. A  casa iban Bizcocho, Gilberto Santa Rosa,  Cucco Peña, todos los panas se juntaban  a hacer chistes. Pero  tan pronto se iban me volvía a sentir mal. Hubo gente que me decía que no me llamaba por no molestarme y eso era lo que quería. La despedida de año  2010 se quedó en  casa”, señala.

El día que Avellanet se sometía a su segunda  quimio.  como parte del tratamiento del cáncer de linfoma  no Hodgkin que estaba padeciendo, en   un piso más abajo del  hospital nacía su primera nieta, Sofía Isabel, hija de  Luis Armando Avellanet. El 11 de enero del 2011.

En ese momento nieta y abuelo luchaban por su vida. La bebé nació con una condición que la mantuvo  varios días en la sala de intensivo. Hoy, superadas  las pruebas, Chucho, a quien ya le  ha comenzado a salir el pelo que la quimio se llevó  y en franca recuperación,  sólo espera a que su “princesa” esté más grandecita para llevarla al parque.

  “Ese día cuando terminé la quimioterapia en el hospital Auxilio Mutuo me coloqué una mascarilla en la cara  y entré en intensivo. La vi y lloré de la emoción. Estaba llena de cablecitos que le habían puesto. Sólo pude estar unos minutos porque me habían prohibido ir a hospitales y funerarias. Estaba también Marisela Berti (su ex esposa) con  su hermana Marina. Ellas se quedaron afuera para que yo pudiera entrar con mi esposa Marisel (García Padilla). Mi nuera (Yanira Henríquez) me lleva a la nena siempre. Yo le llamo Sofía Isabel Borbón porque tiene nombre de reina. Está hermosa, linda, grande, estoy loco que crezca para llevarla a pasear.

Tal vez este preámbulo sirva para trazar la personalidad, siempre amable y risueña, del cantante que fue ídolo juvenil en los años sesenta y después ha unido una década tras otra para deleitar y divertir a generaciones completas con la perfección de su voz. Así, a pocos meses de su lucha contra el cáncer, y a vísperas de cumplir los 70 (el 30 de agosto), Chucho, quien se mantiene activo en la televisión con su programa por el Canal 6, accedió a conversar con El Nuevo Día.

 ¿Pensaste alguna vez  durante el proceso que no  vivirías para conocerla?

“Nunca creí  que mi vida estuviese en peligro. A mí me sacaron un tumor benigno junto con una costilla en el lado  izquierdo y los médicos  me mandaron los tratamientos  para erradicar el cáncer. Lo peor de todo fueron  las quimioterapias, son dolorosas, fastidiosas, tienen efectos secundarios y  no se lo deseo a nadie,  porque la enfermedad ni se siente pero la quimio no  da  tregua. Las radioterapias, que fueron 20, son más tolerables. Sólo te da un poco de decaimiento.  Las terminé el pasado martes y me gradué con   diploma y todo. Tengo las fotos.

Subraya que su esposa estuvo con el en todo momento, “a mi hijo  Luis Armando y el resto de la familia les dije que lo mío no era para preocuparse y que  no permitieran  que ningún medio les  alarmara”.

De sus miedos dice que lo peor  fue cuando me dieron la noticia  porque había visto el proceso en un sobrino de Marisela (Berti) que le dio cáncer y todavía no había los remedios de ahora. Fue terrible y en aquel entonces pensé que si eso me pasaba a mí no lo iba a aguantar. No temía morir porque  el médico me había dicho que el tumor  no había invadido mucho y que si a él le daba cáncer algún día   le gustaría que fuera ése. Cuando me operaron me fui a casa contento y feliz  y a los pocos días el médico me notificó que tenía cáncer.

    Chucho dice que la primera  quimio  fue impresionante, ver todos esos letreros que decían ‘cáncer’, uno siente que  es  lo último. Te advierten todo lo que te puede pasar: que  se te cae el pelo, los síntomas que te van a dar y sobre todo que no dejara que te dé dolor porque  te sube la presión. Nunca  he sido pastillero y  al único médico que iba de vez en cuando era al otorrinolaringólogo cuando me sentía mal porque  no puedo estar sin cantar. El procedimiento  te afecta todo, te deja sensaciones raras en los dedos en los pies, te dan calambres y no dan ganas de comer. Si llego a estar solo no hubiese hecho nada. Te da   una sensación de llenura,  no quería ni  tomar agua para hidratarme,  lo hacía porque  mi mujer insistía.

Soportaba  el helado, y el médico le decía a mi esposa que me diera todo lo que me apeteciera. Me di gusto comiendo dulces, grasas, huevos fritos con arroz, era la envidia de la casa por eso aumenté de peso. Ya para la segunda y tercera terapia me achocaba, pero aún con sueño y cansancio no  podía dormir,  no me podía acomodar de ningún lado, todo me dolía, es como una monga rompehuesos.

¿Qué hiciste cuando se te empezó a caer el pelo?

  Fue en la segunda quimio que se me cayó el primer mechón y  llamé a Maggy Román para  que me pelara. No se me cayó el pelo de las cejas ni de las pestañas. Hubo una señora en la sala de espera del hospital que cuando le mostré que se me estaba cayendo,  me dijo ‘cuando a mí me pasó me eché agua en la cabeza, me puse una toalla y me arranque todo el pelo’. Yo no hubiera podido.

¿Es el humor parte de la cura?

El humor  es la clave, los médicos  te aconsejan reír y en las terapias te ponen películas cómicas. A  casa iban Bizcocho, Gilberto Santa Rosa,  Cucco Peña, todos los panas se juntaban  a hacer chistes. Pero  tan pronto se iban me volvía a sentir mal. Hubo gente que me decía que no me llamaba por no molestarme y eso era lo que quería. La despedida de año  2010 se quedó en  casa la familia de Marisel  de Coamo. Le pregunté al doctor si me podía tomar una copa de vino y me dijo que hasta dos y eso hice, más una de champán. Estuve hasta las 3:30 de la mañana despierto sin sentirme mal con mi cuñado y su yerno esperando a que se tiraran a la piscina borrachos, me reí muchísimo con ellos  y tan pronto me acosté comenzaron los malestares. Era un tormento.

Se terminó el procedimiento ¿Ahora qué queda?

Tengo que hacerme chequeos cada tres meses  hasta tres años que es cuando me dan de alta. Le aconsejo a todo el mundo que se revisen porque no quisiera que alguien  pasara por lo que yo pasé. Los efectos de la quimioterapia son terribles, el remedio es doloroso, y yo sólo tuve tres de seis que me habían ordenado, es decir que el linfoma no era tan grave. Había otros a mi alrededor que recibieron hasta diez, o más, eso sí que es terrible.

¿Cómo ves la vida ahora?

Siempre he querido ser algo más que un buen cantante, una mejor persona. Tan pronto empecé a pasar por esto  sentí que Dios me mandó esta enfermedad  como una bendición para que uno se humanice más y vea las cosas diferentes. Sigo siendo el mismo, no puedo cambiar mi manera de ser, pero ha cambiado mi manera de ver la vida,  de agradecer a Dios por un día bonito, aunque esté  lluvioso, por una noche preciosa con una luna maravillosa como la que tuvimos el otro día. Me estoy levantando temprano y me siento  en una silla en el patio a dar gracias por un nuevo día.  Es bonito, ha sido una experiencia única que aunque no quisiera que volviera a  pasar  le agradezco  a Dios por haberme dejado pasar por esta experiencia  para seguir con mi intención de ser una mejor persona.

¿De qué manera ayudarías a otros pacientes de cáncer, ahora que el hospital Oncológico del Centro Médico está atravesando por una de sus peores crisis económicas?

Estoy organizando la  ‘Bohemia de la esperanza’ para levantar fondos para los pacientes que no pueden costear un tratamiento tan costoso. Se va presentar  el 9 de junio en el Teatro Ambassador de Santurce.  Voy a ser el padrino de este movimiento  y me voy a involucrar para  que  el próximo año, en vez de presentarla  en  el teatro de Luisito Vigoreaux, sea en  un ballrooom. Hasta ahora confirmados están  Alberto Carrión, Cheo Feliciano,  Gilbertito, Cucco, Ismael Miranda, y los que quieran participar pueden llamar  a mi representante  Dinia Crespo.

¿Cómo te sientes de la tiroide?

Está bien, antes del linfoma me la habían quemado con yodo radiactivo. En noviembre voy a celebrar otro evento por la tiroide. Me voy a convertir en el niño símbolo de todas las causas. 

¿Cuándo regresas al Show de Chucho por PRTV?

 El miércoles grabo, ya hice un número con Gilbertito y hago el resto ahora. Estoy loco por empezar y me dio una gran alegría ir al canal y que me hayan recibido como lo hicieron. Todavía no sé cuándo va al aire, sólo que es un domingo. Estuve cuatro meses sin cantar por el procedimiento y estaba preocupado pero el doctor me dijo que si Dagmar que le dio cáncer en la garganta está cantando, yo no iba a tener ningún problema, y así ha sido tengo mi voz intacta. 

Este año estás celebrando tus 50 años  de carrera, a partir del 27 de agosto  en el Teatro Yagüez de Mayagüez y luego en  Caguas y Ponce.  ¿Cómo se siente cantar durante  medio siglo y seguir disfrutando del cariño del público? 

 Como siempre he sido un muchacho, un niño, no me pesan los años. Me siento igual que cuando celebré los 25 y estaré cantando hasta el final de mis días.  El año pasado fuimos a ver a  Tony Bennett en Fort Lauderdale en Florida, y con 80 años está cantando como el primer día, y yo   que cumplo 70 en agosto voy a estar mejor.

¿Qué otras presentaciones tienes?

El 6 de mayo vuelvo en concierto con Lissette en  “Acompáñame”, en el evento  que le ofrece el Municipio de Bayamón a todas las madres. Lissette fue otra que me llamaba tres o cuatro veces a la semana en el proceso y nos vimos una vez.  Además, en dos semanas comienzo a ponerle la voz a mi próximo disco que sale antes del verano con éxitos de los años 70 y 80 de Sandro y Roberto Carlos entre otros en una producción de Ángel Carrasco. 

¿Estás listo para retomar tu vida normal?

Claro, lo único que no puedo hacer es coger sol por órdenes médicas, pero ya estoy jugando golf, me cubro bien el cuerpo, me pongo mi gorrita y mucho bloqueador solar.   También estoy haciendo ejercicios con una entrenadora que estudió unos  cursos para trabajar con  pacientes de cáncer porque estaba que  caminaba un poquito y me cansaba, pero con la  sábila y los entrenamientos dos veces a la semana donde me dan lagartijas y pesas, estoy mucho mejor. Ahora voy a sacar la bicicleta que tengo guardada   para dar vueltas por la urbanización. Me tengo que preparar bien para cuando  empiece a corretear detrás de Sofía Isabel de Borbón.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación