Sin dudar, la crisis por la covid-19 ha puesto en evidencia las muchas carencias que tiene el país y por otro lado, ha obligado a crear y emplear nuevas alternativas para no dar todo por perdido, entre ello, el año escolar.
En los últimos años, el sector educativo ha sido de los más beneficiados a fin de mejorar la calidad y condiciones de la enseñanza y personal docente, en esta ocasión, la modalidad de “educación a distancia” ha sido la alternativa más viable para evitar que miles de niños y adolescentes en el país se quedaran sin recibir el pan de la enseñanza.
Dicha estrategia ha precisado de una cuantiosa inversión y también se enfrenta a limitaciones que incluyen la mencionada falta de conectividad, energía eléctrica y carencia de equipos tecnológicos de estudiantes y maestros.
Pero otra realidad amenaza la efectividad de este año escolar: la participación de padres y tutores en el proceso de enseñanza, que ahora sus hijos reciben en casa.Anteriormente, los estudiantes pasaban gran parte del día en las escuelas, permitiendo que sus padres tuvieran tiempo de trabajar durante horas hábiles en el día o dedicarse a labores del hogar tranquilamente mientras los maestros asumían la formación académica en los centros educativos; eso ha cambiado.
Los padres, que son parte importante en este proceso, han manifestado sus molestias en reiteradas ocasiones respecto a la nueva modalidad. Si bien es cierto que algunos argumentan que les toca hacer las tareas de los hijos, aún sin saber manejar el tema de la tecnología y otros no cuentan con la conectividad necesaria para los contactos con los docentes; también es verdad que otros no han tenido paciencia ni compromiso suficiente para involucrase en la enseñanza de sus niños, que ya no tienen la supervisión ni instrucción presencial de sus maestros.
El ministro de Educación, Roberto Fulcar, aseguró estar consciente de que se presentarán dificultades debido a las brechas sociales que por décadas ha tenido el país, sin embargo, mantiene la disposición y prevención para afrontar dichas dificultades. Para ello, desea contar con el apoyo de la familia dominicana y juntos avanzar en el nuevo reto que implican las clases desde casa.
Este es el tiempo de asumir roles, de unificarse en un mismo fin. Hay precariedades, es cierto; pero se debe recordar que ningún Gobierno en el mundo estaba preparado ni contaba con estrategias engavetadas para enfrentar una situación similar. La Covid-19 es una triste novedad que ha obligado a todos a ir aprendiendo sobre la marcha.
Por: Yesika Florentino, periodista.