El Club San Lázaro, que conmemora sus 57 años de fundado, se destaca por sus servicios comunitarios, aunque su epítome es el baloncesto.
En la época dorada del deporte, la organización enclavada en el sector de Jobo Bonito armó uno de los conjuntos más competitivos, con verdaderas luminarias nacionales e internacionales.
Pero además del deporte, la entidad, fundada el 2 de junio de 1963 en la calle Juan Isidro Pérez a esquina Santomé, se ha destacado por sus aportes a la enseñanza y las artes manuales a través de centros educativos y la asistencia médica a los residentes y vecinos del sector.
Gracias al apoyo del club seis jóvenes del sector estudian becados en universidades de Estados Unidos. En ocasión de su nuevo aniversario su presidente Milton Díaz sostiene que por su trayectoria y servicios el San Lázaro “ha sido la imagen de los clubes del país”.
Díaz destacó que la organización no se circunscribe sólo a Jobo Bonito, sino que abarca a San Antón, San Miguel, Zona Colonial y Ciudad Nueva.
Y en apoyo a su compromiso con todos los sectores dice que a raíz de la pandemia del coronavirus se han entregado medicinas y raciones alimenticias a las familias más necesitadas. La verdad es que el San Lázaro es uno de los clubes más emblemáticos, cuya trayectoria ha inspirado la creación de organizaciones para fomentar el deporte y la cultura en diferentes sectores.
El espacio que ocupa no solo se lo ha ganado con su aporte al deporte, la educación y la cultura, sino que ha sabido preservarlo con su conducta.

