El Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) ha alimentado la mendicidad asistencialista, el populismo demagógico y la negligencia gerencial, gravitando en el desfase frente al ecosistema mediático y el sectarismo grupal, que lo han colocado en el filo de la postración extrema.
Directivas van y vienen, enclavado el CDP en el pasado y la fractura de los valores humanísticos más auténticos y apoyado en el vanguardismo más intransigente, que se resiste a la renovación interna y a la transformación académico/profesional. No se evidencia solución a los problemas que sacuden a los periodistas, en tanto prosigue la usurpación lacerante en el ejercicio profesional del periodismo, sin respuesta del CDP.
Prevalece la apatía y exigua integración de sus miembros, porque entienden que poco le aporta; el alargamiento de la corruptela mediática, la incapacidad para cobrar el impuesto del medio por ciento de la publicidad insertada en los instrumentos comunicativos, la carencia de propuestas para afrontar la crisis financiera y los retos estructurales en el sector, el incremento exponencial de la desinformación en el chantaje para la extorsión y la obsolescencia del modelo gremial han desgastado la imagen del periodismo y la institución.
El CDP se precipita en la creciente falta de transparencia y el ocultamiento de hechos graves, como la aprobación irregular como miembros de personas sin título universitario en comunicación social; el alquiler de la tercera planta del edificio del CDP, que ha desatado un litigio judicial; la propuesta Ley de Expresión y Medios Audiovisuales y la modificación de la Ley 10-91, que creó el CDP, sin consultar a nadie, y la ineficacia para remediar una descarrilada confrontación entre periodistas de Santiago, por la administración de su Club Recreativo.
En nuestra institución no se explica por qué se alquilaron áreas del parqueo de la Casa Nacional del Periodista al Poder Judicial y la azotea donde fue instalada una antena empresarial. Tampoco las quejas por la discriminación en las solicitudes de las pensiones.
Los anteriores son cuestionamientos de más de 45 periodistas que el 26 de junio de 2025 difundieron un manifiesto por el rescate del CDP. Instan a los movimientos que interactúan en el CDP a que ponderen a la institución por encima de las apetencias personales, aúnen esfuerzos para consensuar un candidato a la presidencia de la institución para las elecciones del 29 de agosto de 2025.
Ha de tener idoneidad y entereza para superar las malaventuras, percances y deficiencias administrativas, así como las apuestas tecno-profesionales.
Para no volver por los mismos fueros, el pacto por el que postulan ha de ser reconocido por su ejercicio profesional y sus valores éticos, lo que otorgará confianza y reconocimiento; que tenga pericia gerencial y dedique el tiempo requerido para cumplir sus funciones.