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Comarazamy “Llegar al Pabellón de la Fama es como alcanzar la meta tras una larga carrera”

Comarazamy “Llegar al Pabellón de la Fama es como alcanzar la meta tras una larga carrera”

“Uno no trabaja esperando este tipo de reconocimiento, pero cuando llega es como haber alcanzado la meta de una carrera extremadamente larga”. Con esta reflexión define Roosevelt Comarazamy su elección y posterior introducción al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.

Comarazamy fue exaltado el pasado domingo en el 53 Ceremonial del Pabellón de la Fama, celebrado en el auditorio principal de esa institución con sede en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.

“La verdad es que estoy muy emocionado”, respondió “El Indú”, en la víspera de su inmortalización cuando el Pabellón de la Fama realizó una recepción en su honor y de los restantes nueve deportistas inmortalizados hace dos días.

“Es la conclusión de una carrera muy larga en la que uno ha hecho un esfuerzo enorme. Es como los maratonistas que se preparan para correr 42 kilómetros. La mía ha sido una prueba de una distancia larga, llena de tropiezos y de muchas satisfacciones. Así veo mi llegada al Pabellón de la Fama”.

Comarazamy es un profesional que ha narrado, comentado y escrito con una facilidad fuera de serie de todas las disciplinas deportivas, por tradicionales o no que sean.

En ese sentido, dice que el momento de mayor satisfacción fue narrar la primera medalla de oro olímpica ganada por un atleta dominicano. Se refiere al título logrado por Félix Sánchez en los 400 metros con vallas, en la final de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Grecia.

Sánchez ganó la prueba con tiempo de 47.63 el 28 de agosto del 2004, misma marca con la que ocho años después, el 6 de agosto en Londres 2012, se colgó una segunda medalla de oro cuando muchos lo consideraban acabado, derrotando en la final al norteamericano Michael Tisnley y al favorito puertorriqueño Javier Culson.

“Ha sido el momento más grande, en sentimiento, por saber que todo un país estaba pendiente de las piernas de Félix Sánchez, pero el país también estaba atento a mis palabras. Compartir ese momento con una nación ha sido algo para la historia”.

Sus palabras

Señoras y señores:

No estoy aquí parado ante este podio por haber logrado una hazaña digna de ser moldeada en letras de oro como parte de la historia del deporte dominicano.

He sido muy dichoso en una carrera que arrancó profesionalmente en 1969 escribiendo para la Agencia France Presselas crónicas de los juegos de la Serie Mundial de Béisbol Aficionado que se jugó en Santo Domingo, como ayudante del inmenso Buck Canel.

De ahí en adelante, todo marchó sobre ruedas.
Agradecido soy de Félix Acosta Núñez, quien me alentó a dar mis primeros pasos traduciéndole artículos de TheSporting News en el viejo Listín de la 19 de marzo; de Tomás Troncoso, quien me abrió las puertas de las Grandes Ligas en Radio Continental, y de Luis Ramón Cordero quien me conquistó para escribir en la Revista Ahora y El Nacional.

Fue Félix Mario Aguiar quien me introdujo en el béisbol de invierno con los Leones del Escogido, pero rápidamente gracias a Nandy Rivas me monté en el carro de la televisión de Los Tigres del Licey, donde todavía estoy con un hiato de 18 años en los Toros del Este al lado de mi compadre Arturo Gil.

Gracias al Grupo León Jimenes por su respaldo de tanto años en los que compartí vivencias al lado de luminarias como Willie Mays, Hank Aarony Juan Marichal en el béisbol, Juan Manuel Fangio, AyrtonSenna, Niki Lauda, Alain Prost y Michael Schumacher en la Fórmula Uno, Valentino Rossi, Loris Capirossi y Max Biaggi en el motociclismo de la alta cilindrada, y con ases del tenis de la categoría de Guillermo Vilas y Manolo Santana.

Gracias a Cristóbal Marte Hoffiz, amigo desde nuestros días bajo la férrea disciplina del Colegio Santo Tomás, y a la Federación Internacional de Voleibol por la oportunidad otorgada a un dominicano de supervisar los departamentos de prensa de tantos Campeonatos Mundiales en latitudes muy diversas, y de los Juegos Olímpicos en Londres y Río de Janeiro.
Gracias a quienes me han traído hasta aquí, los miembros del Comité Permanente del Pabellón de la Fama, y gracias a tantas personas que, desde que se dio la noticia, me han dado un espaldarazo inmenso con sus manifestaciones de satisfacción.

Este momento tan ilustre lo comparto con mis colegas del periódico El Nacional encabezados por Leo Corporán, con el círculo de amigos íntimos de la peña semanal de Los Tobys, con los que fueron mis compañeros en el baloncesto romántico, y sobre todo con mi familia que me acompaña hoy en este auditorio.

A las generaciones de periodistas presentes y a las del porvenir, les exhorto a no dejarse arropar por los avances tecnológicos que llegan a pasos acelerados, mediante el estudio permanente bajo la consigna de que lo más importante es lo que uno aprende después que cree que sabe.

Hasta hace un rato era un periodista y narrador de mucha popularidad. Ahora he sido enaltecido como ciudadano de fama y prometo solemnemente que haré hasta lo imposible por no defraudar a quienes han confiado en mi persona para colocarla al lado de tantos compatriotas valiosos en el templo de la inmortalidad deportiva.

UN APUNTE

Excelente profesional

Comarazamy, el mejor y más completo periodista deportivo dominicano de la historia, fue elevado a la cúspide del deporte como propulsor, en tributo a sus casi 5 décadas como narrador, comentarista y escritor de fina y exquisita prosa.