Los últimos incidentes que han afectado las relaciones comerciales entre Haití y República Dominicana son otra muestra de la necesidad de derribar obstáculos y explorar nuevas fórmulas para institucionalizar el intercambio entre los dos países.
Las autoridades haitianas enviaron una señal que no admite confusión sobre la regulación del comercio al impedir la entrada de camiones y patanas cargados de mercancías y despojar a sus nacionales de alimentos adquiridos en este país.
Son muchos los encuentros entre comisiones de ambos países y mucho lo que se ha hablado sin que se hayan superado los problemas que afectan el intercambio comercial entre los vecinos.
Tratándose del segundo socio comercial y en medio de la pandemia del coronavirus que ha golpeado duramente sectores como el turismo, las buenas relaciones con Haití son primordiales para el país en estos momentos. Los dominicanos no deben perderse en detalles ni resucitar viejos conflictos para perder la oportunidad de fortalecer los nexos con la vecina República.
El canciller Roberto Álvarez debe aprovechar al máximo los encuentros con el jefe de gabinete del gobierno de Haití, Jean Claude Barthélemy, para llegar a un auspicioso y definitivo compromiso sobre comercio, migración y otros inconvenientes que han ensombrecido las relaciones entre los dos países. En las actuales circunstancias el acuerdo se torna más fundamental para este país.

