¿Qué Pasa?

Compararlos no es la  mejor herramienta

Compararlos no es la  mejor herramienta

En general las comparaciones no son la mejor herramienta al momento de querer enseñar algo a sus hijos.

La afirmación la hace la psicóloga Roxana González, psicóloga clínica infanto juvenil y  terapeuta de pareja y familia, quien agrega que es muy normal recurrir a comparar pues es una respuesta natural debido a que la persona toma como marco de referencia alguien que conoce. No obstante las comparaciones no son positivas.

Se comparan aspectos físicos, tratando de ver a quién se parece, por qué no sacó el cuerpo, los ojos o el cabello de algún familiar. Talentos, haciéndoles ver que el otro hijo no tiene los mismos talentos que sus hermanos. Capacidades, porque él o ella no pueda lograr lo mismo que su hermano. Emocionales: viendo quién es más fuerte y cual es más débil. Aprendizaje: esperando que cada hijo aprenda de la misma manera que su hermano.

Consecuencias

 Las comparaciones generan un ambiente de rivalidad entre los hermanos, dijo la profesional que labora en el Centro Vida y Familia. “Sus hijos siente que tienen que recurrir a la competencia fraterna para que sus padres o la sociedad vean quien es mejor. Las comparaciones afectan la autoestima, haciéndolos creer que no son capaces”. Lo peor del caso es cuando los niños no se conducen igual que sus hermanos, los padres se decepcionan viviendo esto como algo negativo. Esto pasa en todos los ambientes donde se desenvuelve el niño: eventos sociales, en la escuela, casa, cualquier actividad. No tan solo los padres lo hacen, sino las demás personas que lo rodean. Por esto es tan importante estar consciente de lo que se le diga al niño.  Cuando se le compara se le está diciendo: “Solo si haces esto como tal persona  vas a ser aceptado”, “no haces las cosas bien”.

El Nacional

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