Editorial

Compromiso compartido

Compromiso compartido

El Ministerio de Salud Pública ha emprendido una campaña para evitar la propagación del virus del zika, enfermedad que se manifiesta con fiebre, conjuntivitis, artritis y erupciones en la piel, originada en África pero ya detectada en Brasil, Centroamérica y Puerto Rico.

Aunque las autoridades advierten sobre el riesgo de propagación de ese mal causado por el mismo mosquito que produce el dengue y la chikungunya, la mayoría de la población no ha puesto atención a tal señalamiento por lo que el peligro de su difusión es aún mayor.

Personal de la Dirección de Epidemiología de Salud Pública aplica medidas de prevención en los aeropuertos donde instala consultorios para detectar pacientes con posibles síntomas de la enfermedad, y distribuye material informativo sobre ese virus.

La ministra Altagracia Guzmán Marcelino no se cansa en exhortar a la población a eliminar criaderos de mosquitos en casas, traspatios, fincas y en cualquier lugar donde se acumule agua, pero recibe penosas señales de indiferencia que se traducen también en irresponsabilidad ciudadana.

Si bien es cierto que los malestares del zika tienen una duración aproximada de una semana, la gente debería saber que asociado a otra enfermedad podría causar la muerte, especialmente en menores y ancianos, además de provocar un extendido ausentismo laboral.

Salud Pública ha enviado a laboratorios de Estados Unidos muestras de al menos cinco casos sospechosos, cuya posible confirmación obligaría a emprender una campaña sanitaria aún mayor para impedir su conversión en epidemia.

Además del ausentismo laboral, el incremento de los costos médicos y posibles muertes, la indeseable propagación del zika atentaría contra la industria del turismo y afectaría sensiblemente la economía familiar.

Es por eso que se ruega, se reclama a toda la población que se sume a la campaña iniciada por Salud Pública para eliminar todos los criaderos del mosquito vector de esa enfermedad y de otras dos que han causado más de un centenar de muertes. Que cada ciudadano asuma su responsabilidad.

El Nacional

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