Para tener una idea básica sobre el concepto de “Conciencia” podemos decir que, es el conocimiento sobre los deberes y derechos de los ciudadanos de un país, convertida en el proceder responsable y solidario de las comunidades que de manera intencional se convierten en guardianes del cumplimiento de las leyes, y principios que buscan, normalizan y garantizan la igualdad social, la higiene del entorno y la seguridad ciudadana que se manifiesta en la paz social que aspiramos vivir.
Dicho esto, mi memoria evoca aquel intro del audio que identificó por muchos años al noticiario Radio Popular, del Circuito Corporán en los años 80 y 90, en las voces de Nieves Cornielle y Eduardo Santana. “Consciente de que el hombre vive en un mundo de ideas, que chocan, se entrecruzan y a veces se organizan, a sabiendas de que debe existir la más completa libertad para profesar y discutir cualquier doctrina como forma de convicción ética”…….
Más que implementar un estado de derecho donde las leyes y los reglamentos vigentes, así, como las normativas y resoluciones desde las entidades públicas responsables de hacer que se cumplan tales reglas que rigen el comportamiento ciudadano, desde el presidente de la nación, hasta el más humilde de los habitantes, lo que se necesita es que los individuos creen eso que llamamos “Consciencia Ciudadana”.
El ser humano, y más, el dominicano, debe saber que una de la mejor forma para crear conciencia ambiental en su propio medio, es a través de hábitos que demuestren su valor. Nada genera más impacto en las personas que ver en la práctica los beneficios del cuidado del medioambiente.
No pretendemos dar clases medio ambientales, ni mucho menos, hacernos expertos en la materia, procuramos elevar el grado de responsabilidad que, debe imperar el ser humano como tal, en ese punto.
Lo aquí expuesto, vine precisamente por lo ocurrido a principios de noviembre, cuando el país registró un torrencial aguacero que perduró unas 8 horas constante, haciendo que las principales vías, avenidas, calles y sectores del gran Santo Domingo, así, como el Distrito Nacional, permanecieran intransitables; hasta el punto que fallecieron por lo menos ocho 8 perneas.
La condición climática y del tiempo que provocaron caos en todo el territorio nacional, fue producto principalmente de la falta de conciencia ciudadana por el hecho de verter basura en las calles.