Editorial

Conjeturas

Conjeturas

El ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, informó ayer que la tercera ronda del diálogo entre República Dominicana y Haití fue aplazado por otras dos semanas para dar tiempo a concluir la redacción de los acuerdos que se preparan en diversas áreas y que ocuparían la agenda de ese encuentro.

Aunque parece razonable la excusa presentada por el funcionario para posponer esa reunión, pautada en principio para este jueves, las compuertas se abren a renovadas conjeturas sobre desavenencias en el tema referido a las medidas que ejecutaría el Gobierno para aliviar afectación de la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional sobre ciudadanos de origen haitianos nacidos o residentes aquí.

El ministro Montalvo dijo que la posposición de ese encuentro fue acordada con la parte haitiana con el propósito de dar tiempo y así “madurar” convenios que se preparan en materia de salud, comercio, turismo y migración, a pesar de lo cual dijo que el Gobierno está satisfecho con “la profundización” y diversificación de la agenda de colaboración mutua entre ambas naciones.

No esta de más precisar que la postergación de esa reunión binacional para el 8 de abril se anuncia poco después que la Comunidad del Caribe (Caricom) anunció que no acudiría a ese encuentro a menos que el presidente Danilo Medina presente el proyecto de ley de naturalización que prometido enviar al Congreso el 27 de febrero.

El mandatario ha dicho que técnicos del Gobierno aún trabajan en esa propuesta legislativa a los fines de identificar fórmulas que permitan aplicar la sentencia del Tribunal Constitucional con estricto apego a los derechos humanos y para resolver problemas puntuales de personas nacidas aquí cuya nacionalidad se ampara en documento provisto de buena fe por el Registro Civil.
También se sabe que una misión de Amnistía Internacional desarrolló una intensa agenda de contactos con instancias gubernamentales, legislativas, políticas y de la mentada sociedad civil a los fines de elevar presión sobre el Gobierno para que redacte cuanto antes el proyecto de ley, cuyo contenido, adelanta, debe resolver la situación migratoria de miles de ciudadanos que consideran desnacionalizados.

No es aconsejable que por esta posposición se pretenda ahora auscultar las cinco patas del gato ni arriar banderas dialogantes que han sido convenientemente enhestadas en Santo Domingo y Puerto Príncipe, los centros políticos y diplomáticos comprometidos con resolver cualquier desavenencia que surja o pueda surgir en las relaciones domínico-haitianas.

El señalamiento del ministro Montalvo, de que la tercera ronda de diálogo entre Haití y República Dominicana ha sido pospuesta por otras dos semanas para dar tiempo a concluir la redacción de acuerdos que se discutirían en esa reunión, se acoge como bueno y válido sin mayores conjeturas.

El Nacional

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