La permisividad y la complicidad figuran entre los factores que rodean la depredación de los recursos naturales. Las cuencas de ríos, arroyos y algunas playas han sido destruidas por excavadoras que han operado a la vista de todos.

Los agregados eran trasladados en camiones a las granceras sin la menor intervención de las autoridades. Por las detenciones de personas y las incautaciones de equipos y camiones efectuadas durante un operativo de los ministerios de Defensa y Medio Ambiente parece que terminó la impunidad con los crímenes ambientales.

En las cuencas de los ríos Nigua, Nizao, Yuna y Camú fueron incautados decenas de equipos que según las propias autoridades operaban de manera ilegal.

Sin un responsable ejercicio de la autoridad para que se respeten las leyes jamás se detendría la depredación de los recursos naturales. La extracción de agregados ha acabado con la vida de muchas cuencas acuíferas.

El operativo, aplaudido por la población, es un sonoro aviso a los sectores que se consideraban con licencia para depredar ríos y bosques.

Las acciones no pueden verse como un primer paso, sino como salto en la lucha por la preservación de los recursos que se ha propuesto el actual ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, en lo que ha contado con la colaboración del titular de Defensa, Carlos Díaz Morfa, y otras entidades.

Los responsables no tienen más que ser sometidos para que paguen por los daños causados al medio ambiente.