El caso del teniente de la Policía Jean Carlos Ramírez Carvajal, abatido por delincuentes cuando trató de impedir un asalto en el parque Sameji, de Santiago, es otra de las muchas muestras de la dimensión alcanzada desde hace un tiempo por la criminalidad y la delincuencia que se esparcen por el territorio.
Además de Carvajal Ramírez en esa ciudad se han registrado otros crímenes que han conmovido a la población. No hay que hacer un recuento, pero casos como el de los comerciantes y el mayor de la Policía abatidos por supuestos sicarios en La Romana constituyen un verdadero desafío en la tarea de garantizar la seguridad ciudadana y preservar el orden público.
Alienta que el Gobierno reconozca la necesidad de acciones para lidiar con la situación, aunque con la cadena de fracasos de programas de seguridad estén por verse los resultados del proyecto “Mi país seguro”.
Al ponerlo en ejecución durante un acto en el barrio Cristo Rey, el presidente Luis Abinader se ha sentido muy optimista al proclamar que la delincuencia y la violencia “serán vencidas con la misma fuerza con la que se enfrenta la pandemia de la covid-19”.
Los ingredientes que rodean los últimos sucesos plantean interrogantes que generan pesimismo. Sin embargo, el Presidente levanta el ánimo al señalar que las dificultades y obstáculos que se encuentren serán vencidos para tener un país con salud y seguridad. En todo caso crímenes como el del teniente de la Policía en Santiago y el de los comerciantes y el mayor en La Romana son señales de alerta.