Coronavirus en La Victoria

Los cuatro muertos y sabrá Dios cuántos presos afectados es para que haya consecuencias sobre el efecto del coronavirus en el penal de La Victoria. Además que se había advertido e incluso sugerido acciones para minimizar el impacto de la enfermedad, era previsible el riesgo de contagio en un centro tan congestionado como la infernal penitenciaría. El malestar generó un motín que para controlarlo las autoridades tuvieron que recurrir a la fuerza. Los presos, preocupados por la propagación del virus, alegan que el número de contagiados es mayor del que informan las autoridades. El hacinamiento y la supuesta dejadez de las autoridades penitenciarias provocaron que los reclusos se rebelaran en demanda de respuestas humanas. El Ministerio Público, sin embargo, relacionó el motín con la supuesta oposición de reclusos a que se les traslade a otros centros. Pero lo cierto es que desde que el coronavirus comenzó a cobrar cuerpo el Colegio Dominicano de Abogados y otras entidades plantearon la necesidad de un programa de excarcelaciones y traslados para evitar una crisis sanitaria de mayores proporciones. Pero se optó por la propaganda de presentar a unos reclusos fabricando mascarillas. Tras una tragedia que se veía venir vuelven las explicaciones. Pero hay que hacer mayor ejercicio para entender que el protocolo falló en La Victoria con la penetración del virus. Y más todavía con los cuatro muertos y el número indeterminado de afectados.