La muerte en Santiago de un cabo de la Policía cuando enfrentó a atracadores es otro aviso sobre la criminalidad y la delincuencia que se propagan a la sombra del coronavirus.
De la misma forma que la violación del toque de queda y las medidas para contener la expansión del virus se tiene que velar por la seguridad ciudadana. Son muchas las denuncias de robos y violencia doméstica durante la cuarentena.
El cabo Tommy Rafael Andújar fue abatido próximo al destacamento policial del distrito municipal de Jacagua por disparos hechos por los asaltantes cuando huían de la persecución. Dos de los participantes en el suceso fueron capturados y se salvaron milagrosamente de un intento de linchamiento.
El penoso suceso ocurrido en la cuarentena indica que las autoridades no deben bajar la guardia ni siquiera un ápice en la lucha contra la criminalidad.

