
La urgencia se concentra detrás del llamado Muro de la Vergüenza, en las inmediaciones del Faro a Colón.
Santo Domingo. — Cansados de convivir con el agua estancada y la falta de drenaje pluvial, vecinos del populoso sector de Maquiteria, en Santo Domingo Este, advierten que, de seguir la situación, no descartan tener que usar yolas para poder salir de sus casas, incluso en temporadas sin lluvias.
La urgencia se concentra detrás del llamado Muro de la Vergüenza, en las inmediaciones del Faro a Colón, donde el deficiente desagüe provoca la acumulación de aguas residuales. Esta situación no solo genera un hedor insoportable, sino que se ha convertido en un criadero de mosquitos y otras plagas que amenazan la salud de los moradores.
El problema, denunciado en repetidas ocasiones por la Junta de Vecinos y especialmente por las familias de la calle Primera, conocida popularmente como El Charquito y colindante con Villa Duarte, ha recibido promesas de solución por parte de las autoridades municipales, pero hasta ahora ninguna se ha materializado.
“Los filtrantes permanecen tapados y el agua estancada. Llevamos semanas soportando malos olores, mosquitos y enfermedades de la piel y los pies. Nos urge que vengan en auxilio de este sector; de lo contrario, habrá que salir en yola”, declaró Wendy Morillo, residente del lugar.
Morillo explicó que, incluso sin llover, toda el agua de la zona termina acumulándose en la calle Primera. Los vecinos temen que la situación empeore con la temporada ciclónica aún vigente, recordando episodios pasados de graves inundaciones.
Un panorama urbano marcado por la angustia
En días de lluvia, las familias se ven obligadas a levantar sus enseres porque las aguas negras invaden las viviendas y patios, obligándolos a suspender labores para reorganizar la casa y secar camas, muebles y otros artículos dañados por la humedad.
Katherine Priscila, quien lleva 32 años viviendo en el sector y tiene un pequeño negocio de empanadas, asegura que los reclamos han sido ignorados.
“Aquí vivimos muchas familias. Los políticos solo se acuerdan de nosotros cuando necesitan votos”, lamentó, señalando que en tiempos de lluvia debe usar botas hasta la rodilla para trabajar.
Otra vecina, identificada como Primitiva, relató que a diario debe caminar entre el agua, al igual que Miguel Segura, quien deja un par de botas en un punto cercano para poder entrar a su casa sin empaparse.
“Apoyamos a Dio Astacio para que asumiera la alcaldía, y lo único que pedimos es que nos ayuden a vivir con un poco más de tranquilidad”, insistió Segura, mostrando los muros improvisados que han construido para impedir la entrada de agua.
Un barrio que lucha por salir adelante
Maquiteria es una comunidad laboriosa de gente humilde. Muchos de sus habitantes trabajan fuera del sector en busca del sustento diario, mientras otros dependen del chiripeo.
Como muchas zonas populosas, enfrenta problemas de basura, delincuencia y carencias propias de la marginalidad y la pobreza.