Estamos todavía en la conmemoración o celebración del mes de la Patria; el autor de esta columna dedicó el lunes 7 de febrero del corriente año, a esa figura de eterno respeto y admiración para los dominicano que fue Francisco Alberto Caamaño Deñó, Presidente de la República en Armas, en el año 1965, a partir del 28 de abril cuando las tropas de intervención de los Estado Unidos de América, comenzaron a desembarcar en nuestro territorio por mandato expreso de Lyndon Johnson,
Presidente de ese país, intervención avalada y supuestamente legalizada, por esa basura internacional que responde al nombre de Organización de Estados Americanos (OEA), abuso internacional que bajo el mandato militar de Caamaño Deñó y otros militares dominicanos, defensores de la soberanía y de la constitucionalidad, quienes fueron apoyados por la inmensa mayoría de los dominicanos y de otros pueblos de América y del mundo.
Esta conmemoración debía celebrarse espléndidamente en todo el territorio nacional, porque estamos obligados a repetir, para que no se olvide, que el único pueblo de América y del mundo que se ha visto obligado a combatir con tropas de otros países en varias oportunidades, es la República Dominicana desde antes de ser un Estado libre fundado por Juan Pablo Duarte y los compañero de la sociedad “Trinitaria”. Esa república como Estado independiente, ha tenido desde el siglo XIX la amenaza constante, permanente, que se manifiesta de manera diferente, de ese “conglomerado humano” con el cual compartimos el dominio de la isla de San Domingo.
¡Siempre Haití! Que no es Estado, ni República, sino una porción con más de diez millones de habitantes, hoy está bajo el control de bandas de mafiosos, armados con modernas armas de fuegos, que hace unos cuantos meses después del asesinato del Presidente Jovenel Moise, auspician y patrocinan la penetración pacífica a lo largo de la frontera, llegándose a la conclusión de que hay más de un millón de haitianos establecidos en territorio dominicano.
Por el momento se han cometido varios crímenes de mujeres y hombres, cometidos en diferentes regiones del país; esa conducta no ha sido rechazada con la conducta justa y represiva del gobierno de la República Dominicana. Ahora se hace de conocimiento público que el presidente dominicano Luis Abinader inaugurará en Dajabon, provincia Fronteriza de la Línea Noroeste, la continuación de un muro de contención bajo la dirección de técnicos israelíes que así lo han hecho en otros países del mundo.
Saludamos y aplaudimos, si cabe la expresión, la decisión del Presidente de la república que debe decir también en el mes de la Patria, que el próximo viernes 25 de febrero, celebramos el nacimiento de Matías Ramón Mella, Prócer de la Independencia de la república y de La Restauración, que es la gran ¨Epopeya¨ de nuestra historia que nos permitió recobrar nuestra soberanía, ejecutando el método de guerrilla que había creado Enriquillo, en los primeros años del siglo XV, método que Matías Ramón Mella sintetizó en una circular de fecha 26 de enero de 1864, que recoge toda la experiencia del pueblo dominicano de esa forma singular de lucha.
Mella es el Gran Estratega Militar de la República Dominicana. Por mucho tiempo tendremos siempre el problema haitiano, que el pueblo dominicano no dé nunca un paso atrás. ¡En guardia, por siempre!