¡Sánchez! (III)
La presencia de Duarte en el país, estimuló un reordenamiento gubernamental, cuando en el Cibao Central Matías Ramón Mella, actuando como jefe político y militar, recibe a Duarte y lo proclama como Presidente de la República en que los republicanos eran mayoría, y se produce un Golpe de Estado, que lleva a la presidencia a Francisco del Rosario Sánchez. La Junta integrada por patriotas republicanos, es desconocida por Pedro Santana quien regresa de Azua y toma la ciudad de Santo Domingo. Reducidos a prisión, Los Trinitarios, algunas voces proponen que sean fusilados.
El 22 de agosto de 1844, apenas 6 meses después de haber sido fundada la República, sus auténticos fundadores, encabezados por Duarte, Sánchez y Mella, son declarados traidores a su propia obra política y expulsados por vida del territorio nacional.
Comienza el exilio de Sánchez, Mella, Pina y otros. Duarte saldrá más tarde, el 10 de septiembre, hacia Hamburgo. Comienza entonces un largo calvario para los Próceres de febrero. Duarte regresara, enfermo y solitario, 20 años después. Sus compañeros en diciembre de ese año, se trasladan a territorio de Estados Unidos y luego a Curazao. Permanecen 4 años fuera del país hasta septiembre de 1848; el Presidente Manuel Jiménez decreta una amnistía general que comprende en primer lugar a Duarte, Sánchez, y Mella. Sánchez regresa al país el 8 de noviembre y Jiménez lo nombra Comandante de Armas, Jefe Militar de la ciudad de Santo Domingo. Comienza entonces la vida política partidista del Prócer de febrero, en ella ocupando importantes posiciones en diferentes gobiernos de la República. Sánchez se hará Defensor Público y recibirá licencia de la Suprema Corte de Justicia para ejercer la profesión de abogado.
Autodidacta, aprenderá francés y latín, adquirió apreciable cultura y sus defensas como abogado fueron notables. Era músico y escribía con holgura y brillantez. Desterrado en 1855, regresó al país en agosto de 1856. La vida política de Sánchez es intensa y como humano comete errores, pero nunca estos envuelven en intención dañina al pueblo dominicano o la Patria que dignamente representó la noche del 27 de febrero de 1844. Las intrigas anexionistas, iniciadas por Pedro Santana, marchan aceleradamente; Sánchez expresa su oposición a esas gestiones. Es reducido a prisión en agosto de 1859, es desterrado de nuevo por tercera vez. Se traslada a Saint Thomas y comienza, sin recursos económicos, su lucha contra la traición y venta de la Patria; reclama la unidad de todos los dominicanos y viaja hacia Haití en busca de ayuda del presidente Geffrard.
Sánchez frente a Geffrard le dice: ¨Presidente, yo fui el instrumento de que se valió la providencia en 1844, para sacudir la dominación haitiana y crear una república independiente. Más no lo hice por odio, algún sentimiento innoble o debido a ideas de preocupación social, sino porque creí que constituíamos dos pueblos con caracteres diferentes en todos los órdenes, que somos dos pueblos distintos que podemos formar Estados separados¨… y agrega: ¨Además, yo en cierto modo consolido con mi acción la independencia de Haití…¨ y agrega¨, Santana va a anexar Santo Domingo a España y yo vengo a impedir ese crimen, impidiéndolo, afirmo mi obra y garantizo la de ustedes. El mantenimiento de la independencia dominicana es la garantía de la independencia de Haití¨. (Sigue)