Representa un gran alivio la captura en el menor tiempo de los presuntos culpables de atentar contra la vida de una joven de 19 años con ácido del diablo.
Pero más allá de la aclaración de la acción que desfiguró el rostro y mantiene entre la vida y la muerte a Yocaira Alcántara Rodríguez está el oprobioso mensaje.
O el grado de descomposición que prima en el país cuando, por las razones y el precio que fueren, personas se prestan a atentar contra la vida de una muchacha.
La detención es un paso importante en la medida que libera las calles de gente enferma y se envía un aviso a potenciales criminales, pero el caso amerita de muchas otras lecturas.
La muchacha viajaba en un carro del concho cuando dos personas a bordo de una motocicleta el arrojaron la sustancia química.
El suceso ocurrió en la calle Albert Thomas, próximo a la avenida Padre Castellanos.
El Nacional
Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación
