Como Presidente de la República usted debe cuidar sus acciones, muchas de la cuales deben ser objeto de ponderación, análisis, asesoría, etc. previo a una decisión final. Debe cuidarse, cuidar su país, y su soberanía; cuidar su honor y representar al pueblo con dignidad, con autoridad, en democracia, y sin miedo. Esto viene a cuenta por el caso de Tony Peña Guaba, el desafío de Eddy Olivares y la designación del señor Jaime Marte Martínez, exjefe de la Policía, en el Consejo Nacional de Drogas.
En el caso Peña Guaba, coordinador del Gabinete de política Social del Gobierno, hubo un exceso visualizado en una mala práctica posiblemente inintencional, al donar más de cien millones de pesos a un grupo de artistas, la mayoría sin necesitarlo, pero el hecho generó ruidos que aún persisten en la opinión pública, que lo consideró como un conato de corrupción.
Ese caso amerita su atención, aunque sabemos que algunos beneficiarios devolvieron sus aportes. No es malo que la opinión pública critique el hecho, pues la población se saturó de noticias de actos de corrupción de las pasadas gestiones de los peledeistas, anidados ahora en dos facciones con diferentes plumas pero las mismas uñas, lo cual obliga que este gobierno actúe con sumo cuidado de los bienes del pueblo. Es un celo natural que la gente cuide y aceche que el gobierno no meta las manos y que ningún funcionario suyo empañe su imagen.
Bueno sería presidente, que usted mantenga idéntica firmeza que la que practicó en el caso del Dr. Eddy Olivares, cuando intentó herirle su autoridad, sus objetivos y su liderazgo, aunque el tiro le salió por la culata, a él y a su líder y guía Hipólito Mejía.
En el caso del señor Marte Martínez, se critica su nombramiento en el Consejo Nacional de Drogas, un cargo de saco y corbata, puesto en los hombros de una persona de ideas veloces, que salió de la jefatura de la Policía por la puerta estrecha, por actos reñidos con la ley, la moral y la ética que norman el correcto comportamiento de un ciudadano.
Recuerde presidente, que usted está comprometido a hacer un gobierno decente y transparente, antítesis de los anteriores gobernantes del Partido de la Liberación Dominicana. La población que lo sigue, presidente, quiere que se mantenga limpio y libre del pesado y azaroso monstruo de la corrupción, que enlodó altas investiduras que hoy no valen una peseta. ¡Cuídese presidente!
Por. Lic. Santiago Martínez