Opinión Articulistas

Cumbre las Américas

Cumbre las Américas

Danilo Cruz Pichardo

La X cumbre de Las Américas se celebrará en Punta Cana, República Dominicana, durante los días 4 y 5 de diciembre del presente año y todos los países del continente empezaron a recibir sus invitaciones, excepto Cuba, Nicaragua y Venezuela, tres naciones hermanas que fueron excluidas.

No hay forma de explicar lo de Cuba y Nicaragua, con los cuales se sostienen relaciones diplomáticas e intercambio comercial, aunque sea mínimo. Excluirlos de un foro de tanta relevancia regional podría ser producto de un pedido de Estados Unidos o sencillamente una iniciativa del Gobierno para resultar complaciente con esa potencia. Se procura un escenario propicio para que Donald Trump acuda al país y resaltar “el gran éxito del evento”.

El caso de Venezuela es diferente. Las relaciones diplomáticas se interrumpieron, a raíz de las elecciones del 28 de julio de 2024, en las que fue proclamado presidente electo, sin presentación de actas, Nicolás Maduro. El evento comicial venezolano generó suspicacias en los países del mundo, incluyendo a Brasil, presidido por un antiguo aliado político.

No se explica, sin embargo, que el Gobierno dominicano haya entregado a Estados Unidos dos aviones del Estado venezolano, que se encontraban en nuestro territorio recibiendo mantenimiento. ¿Por qué llegar tan lejos? Un exceso de servilismo y enemistarse gratuitamente con Venezuela, nación con la que los dominicanos tenemos deuda histórica de gratitud.

Ahora el canciller Roberto Álvarez expresa que el Gobierno no reconoce legitimidad a los comicios del 2018 ni del 2024 celebrados en Venezuela. Se trata de un asunto interno de ese país. De todos modos, si las autoridades dominicanas andan buscando fraudes también debieron dirigir la mirada hacia el Ecuador, donde en la segunda vuelta del 13 de abril se produjeron resultados irreconocibles por matemáticos y expertos electorales del mundo. ¿Por qué se invita a uno y a otro no? La razón es clara.
Con una inclinación política tan definida es imposible que el anfitrión de esa cumbre pueda mostrar equilibrio ante un eventual discurso de Gustavo Petro.

Si Abinader pretende impedir que Petro enrostre verdades a Donald Trump tendría que hacer lo que Vicente Fox hizo con Fidel Castro en la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, en México, del 18 al 22 de marzo del 2002, cuando le dijo: “Comes y te vas”, mediante conversación telefónica sostenida días antes del evento. Fox quería evitar que Castro y Bush (hijo) coincidan. Lo logró, pero pasa a la historia como un estadista carente de dignidad.

Se recuerda, además, el enfrentamiento que se produjo en nuestro país, el 7 de marzo de 2008, en la celebración de la cumbre del Grupo Río, entre los presidentes Rafael Correa y Álvaro Uribe, de Ecuador y Colombia, porque una semana antes miembros del ejército colombiano penetraron a territorio ecuatoriano para asesinar a Raúl Reyes, guerrillero de la FARC. En ese momento las tensiones y diferencias entre países del continente eran grandes, pero no creo que en la actualidad sean menores.