Empresarios turísticos y productores agrícolas de Paya, Baní, afirmaron que la construcción de la termoeléctrica a carbón Punta Catalina provocó la desaparición de la playa de esa localidad. Aseguraron que desde que comenzaron a construir el espigón de mil doscientos metros mar adentro del puerto carbonero de Punta Catalina, la marea y la rompiente cambiaron de dirección e inundaron la costa, haciendo desaparecer el área de playa desde Catalina hasta el río San José.
El sábado 5 de septiembre hubo un descenso de los doctores José Francisco Díaz y Santo Espíritusanto para comprobar la veracidad de los testimonios, y de los hermanos Francia y Reinaldo Martínez Polanco afectados por la entrada del mar en sus propiedades.
Las organizaciones comprobaron y documentaron con videos y fotos que la erosión de la costa y la desaparición de la playa comprenden 6 kilómetros lineales desde el espigón del puerto hasta el río San José. La penetración del mar abarca un promedio de 65 metros en dirección hacia tierra adentro.
La nueva situación aumenta la vulnerabilidad de las instalaciones de Punta Catalina ante la eventualidad de una tormenta o huracán, ya que se ha producido una fuerte erosión en la parte occidental del litoral, en las proximidades de la central térmica.
El vertido de agua caliente que retorna de las calderas de Punta Catalina al mar, está matando los corales, las algas y los microorganismos marinos. La muerte de la fauna y la flora marino-costera por el vertido de las aguas con altas temperaturas de Punta Catalina al mar explica la desaparición de aves en la zona, como gaviotas, alcatraces o fragatas que hasta hace poco eran muy comunes en el lugar.
Los daños sufridos por la construcción de Punta Catalina y posteriormente por la contaminación son irreversibles y continuarán mientras siga operando con carbón esta termoeléctrica.
Los daños irreversibles, la pérdida de la playa de Sabana Uvero, una de las más bellas de la región Sur ahora bajo las aguas del mar. se ha perdido parte de terrenos, cultivos, infraestructuras como piscinas, gazebos, casetas y caminos junto al mar.
Desde que comenzó a operar Punta Catalina los mangos que eran grandes y hermosos se han convertido en albóndigas, diezmándose la producción de mangos y de vegetales por la contaminación.
Enrique de León