En la tradición religiosa un pecado equivale a una ofensa a Dios.
Escogeré algunos de los llamados Pecados Capitales, tratando de valorar en el contexto conductual, sus aspectos negativos y positivos. Analicemos cinco de ellos:
La Lujuria
Se entendía en la tradición judeocristiana como un apetito desordenado de los placeres eróticos.
En la actualidad es un desenfreno, un aumento excesivo de la frecuencia en las relaciones sexuales, es casi una compulsión que hace sufrir al actuante y a su víctima.
El aspecto positivo es que el deseo sexual en la pareja se considera una energía fundamental que está mediada por el amor y si es de satisfacción recíproca y lleva a la compenetración, bienvenida sea.
La Gula
Es comer en exceso y engullir se convierte en una obsesión.
En contraposición, el ayuno es un elemento de purificación.
Mucha gente expresa sus conflictos emocionales a través de la comida. Los bulímicos comen en exceso (atracones) y luego se provocan el vómito.
A pesar de lo anterior saborear los alimentos y compartir una buena mesa en un verdadero placer.
La Envidia
Es la incapacidad de alegrarse de la felicidad ajena.
Es un defecto que nos hace infelices.
Existe una envidia positiva, que emula y nos empuja a imitar a los triunfadores en un marco moral y de buena fe. Con esa energía jamás seremos derrotados del éxito ajeno.
La Pereza
Ella nos aparta de nuestras obligaciones fundamentales. Nos hace irresponsables e incumplidores. El perezoso es pasivo y lo arregla todo acostado en una cama, cuajado y lleno de ilusiones.
El lado positivo del llamado lento, es que no va de prisa, pero es responsable y cumple su tarea, disfruta del ocio sin quedar mal con su entorno.
La Avaricia
Para los cristianos es un amor desordenado por las riquezas.
Es contraria a la caridad. El dinero deja de ser un medio y se convierte en un fin. Es una obsesión por acumular bienes.
¿Qué tiene de positivo si se ejerce de forma moderada?
Nos hace austeros y nos aleja del consumismo desmedido de la sociedad capitalista.
Son buenos gestores familiares y preparan el futuro de los suyos.
Se ha dicho que padres avaros crían hijos desperdiciadores.
La Ira
Para los teólogos es el apetito desordenado de venganza que se excita en nosotros por alguna ofensa real o imaginaria. Es hija de la avaricia y de la envidia; contraria, por supuesto, a la razón.
Se expresa como insulto (ira con la boca); por acción física (golpear) y la que se aplica con el corazón (el rencor).
Con la ira vomitamos sobre el otro nuestra cólera. Los psiquiatras la califican como un trastorno de los impulsos.
Se ha dicho que sin indignarnos de vez en cuando, nos matará el sufrimiento tragando en seco, es más, que existe una ira sana, es el encojonamiento transitorio como respuesta a una mala acción o disgusto que nos causa el otro, es una suerte de vómito ante la intoxicación.
Finalmente: hasta los Pecados Capitales, como todo en la vida, tienen sus facetas positivas. ¡Amén!