Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

El día 28 de octubre la Universidad del Estado cumplió 474 años de haber sido    fundada (1538) y al mismo tiempo una de las promociones médicas más relevantes cumplía  36 años de graduada.

A este grupo se le conoce como MED 76.

Félix Escaño y Mariano Estrada  (endocrinólogos); José Alberto y José Arturo Silié (neurólogos); Rafael Rodríguez, Ricardo Corporán, Emilio Jiménez y Alberto Santana (gastroenterólogos); Ana Grullón y Mirna de Puello (dermatólogas); Domingo Hernández (oftalmólogo) ; Diómedes Robles (salubrista); José Francisco Soto  (generalista de Cotui); José Paliza López (neuroradiólogo); y Vicente Vargas y un servidor (psiquiatras), entre medio centenar de colegas que es imposible mencionarlos a todos.

En el emblemático restaurant Sherezade, que nos hizo recordar a uno de los más insignes profesores de esta promoción: Ney Arias, que actuaba en pareja con el otro grande de las neurociencias: doctor Mario Tolentino Dip, hablamos de tantas cosas y justamente uno de eso temas fue: “Se están perdiendo los modales en los cuales fuimos formados y educados”.

¿Qué estamos observando?

A nadie le extraña ver a un transeúnte haciendo pipí en plena avenida.

Un joven viola la fila de  pago de tarjetas en un banco pasando delante de un minusválido.

“Bendición papá”, no recuerdo la última vez que escuché ese sagrado rito de pedir la gracia de Dios a nuestros ascendientes.

En el bus o en el metro nadie le otorga el asiento a una embarazada o a una señora mayor.

Tomar por el brazo a una dama para protegerle al bajar la acera y como norma colocarse en el lado de la calle… “por si un carro nos salpica”.

Solicitar a un caballero que está sentado en una fiesta con varias damas, la posibilidad de “sacar a bailar” a una de sus acompañantes.

¿Pedir excusas? , pero ¿por qué?

Es decir, que estamos asistiendo a una suerte de destape que para muchos se inició en los años 60. Es una especie de “to’ e’ to’ y na’ e’ na’ ”,  como suelen decir algunos chicos inmersos en un tabaquillo de marihuana.

La educación temprana en el hogar complementada por una buena labor de la escuela, inculca modales y conductas a los infantes.

“Lávese las manos antes de comer”; “Dé las gracias”; “Póngase de pie cuando escuche el Himno Nacional y estén enhestando la bandera”; “No dejes de usarme la frase: por favor”… y una gran cantidad de normas y actitudes que se van introyectando con el ejemplo, con el cultivo de la cortesía, con la prudencia como arma de convivencia y con el respeto a los derechos y los límites de todo el que nos rodea.

Una de estas tardes en uno de los ascensores (elevadores) del grupo médico en que laboro, Medicalnet, una damita vestida de blanco y con una exuberante y llamativa  anatomía me expresó con un aire reverente: “Doctor, excúseme que le estoy dando la espalda”.

Yo disparé de inmediato como galante de la serie 23 con esta frase que la dejó helada: “Señorita, recuerde que los ángeles son transparentes y no tienen espaldas”…

Termino diciendo que hasta el piropo está en crisis, pero pertenezco a los tradicionales que aún tiene sus viejos arcabuces  prestos a halagar la belleza, a la mujer y a respetar a los demás. Los invito a unirse a este selecto grupo.

El Nacional

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