Quiénes están en drogas?
Los psiquiatras recibimos sólo una parte de la gente que está en lo que se ha llamado el parque de consumidores de las sustancias psicoactivas.
Restando las bebidas alcohólicas, el tabaco, los psicofármacos y demás sustancias legales, ¿tienen mis lectores un estimado de la cantidad de dominicanos que diariamente consumen cocaína, marihuana, éxtasis y heroína en sus diferentes preparaciones?
Tomando en cuenta el volumen de sustancias que los organismos detectan y decomisan, la que puede enviarse a otros países en nuestra condición de puente, ¿cuál es el volumen real de consumo? ¿Cuánto cuesta el gramo de cocaína? ¿Cuál es el perfil del consumidor habitual?
La opinión pública ha quedado crispada con los casos de Quirino, Figueroa Agosto, Sobeida; Paya ( Bani) y el sentir popular ha expresado sus inquietudes sobre el tema.
Se afirma que al fondo no se llegará pues en la cúpula hay gente muy poderosa que no serán detenidos y mucho menos juzgados.
Otra apreciación es la siguiente: Si esas dos bandas operaban casi simultáneamente distribuyéndose el país y escalando todas las alturas del poder, ¿dónde están y cómo están operando en la actualidad las otras bandas organizadas?
¿Quién ha dicho que muchos dominicanos estén dispuestos a delatar y perder la vida por cinco millones de pesos?
Si los principales cómplices y actores del negocio están en estamentos judiciales, policiales y del alto poder económico, ¿quién va, como simple mortal, a detectarlos y a denunciarlos?
Pero detrás del telón de este drama tenemos a miles de madres sufriendo porque sus hijos están en el consumo de estas sustancias; ya son enfermos; no trabajan; no estudian; viven en un mundo de alienación y lo peor: la psiquiatría cada vez se siente mas impotente por el alto porcentaje de recaídas que tienen estos problemas médicos, que son el resultado final de estas operaciones multimillonarias, pero se les niega dinero a Hogares Crea.
Sabemos mucho de cómo la droga actúa sobre el cerebro.
Conocemos que hay personalidades predispuestas a convertirse en adictos.
Hemos progresado en la forma de desintoxicar a un muchacho que ha caído en el mundo del consumo de sustancias prohibidas.
Nos negamos a que le llamen vicio y hemos clasificado muy bien a las enfermedades. Este fantasma puede tocar a sus puertas.
Los jóvenes ya saben cómo burlar las pruebas de sangre y orina que buscan detectarlos. Mienten, simulan, disimulan
Yo que veo muy frecuentemente a familias destruidas, quiero dar una voz de alarma para que las altas instancias se sacudan y asuman una responsabilidad patriótica, valiente y definitiva contra el flagelo del narcotráfico y sus consecuencias.