Opinión

De salud y otras cosas

De salud y otras cosas

CESAR MELLA
En los Estados Unidos se gastan 100 mil millones de dólares al año en el tratamiento y las consecuencias de esta enfermedad médica.

Las depresiones nerviosas constituyen una de las primeras causas de sufrimiento y discapacidad  en todo el mundo.

Hay dos señales que la comunidad debe comprender para sospechar que un ser humano está afectado de este quebranto:

– La persona ha perdido el interés y el placer de realizar las actividades cotidianas, y

– Expresa sentimientos de tristeza y desesperanza o llora sin

motivos aparentes.

Las depresiones surgen por una combinación de factores genéticos  (en algunas familias se hereda la depresión); formas de ser (personalidad); factores ambientales (un problema sentimental) y sobre todo, un desequilibrio químico dentro del cerebro (alteración de combustibles o neurotransmisores como la serotonina y la noradrenalina).

Si durante por lo menos dos semanas usted ha sentido varias de las manifestaciones que reseño a continuación, deberá acudir de inmediato a consulta médica:

– Dormir más o menos de lo común o normal para su caso.

– Falta de claridad mental, torpeza o pobre concentración.

– Pérdida o aumento notable del peso.

– Agitarse o irritarse con facilidad.

– Cansancio, fatiga y falta de deseo de hacer las cosas.

– Lentitud y tendencia a quedarse en la casa acostado.

– Baja autoestima y tendencia a culpabilizarse.

– Menos interés en las relaciones sexuales.

– Pensamientos relativos a la muerte.

– Las tareas diarias se le tornan difíciles.

Por supuesto hay que descartar que se trate de otra condición médica como la anemia u otra afección.

El medico no psiquiatra en la mayoría de los casos puede iniciar el tratamiento. Prescribirá medicamentos, aconsejará cambios de estilos de vida, por ejemplo, introducir una rutina diaria de ejercicios, que puede ser una caminata de 45 minutos diarios y es deseable, una reingeniería de la vida espiritual.

Si no evoluciona favorablemente debe acudir a un especialista.

Un buen tratamiento antidepresivo puede durar desde varios meses, hasta un año.

Si has encontrado manifestaciones compatibles con tu caso o el de un familiar, procura ayuda profesional, pues estamos frente a una enfermedad crónica, con tendencia a recaer, cuya base está en el cerebro y no basta con “poner de nuestra parte”.

El Nacional

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