Entre los temas actuales que amenazan a esta sociedad está el de la perversión sexual que atropella la niñez y la adolescencia, e incide contra su salud mental.
Es un tema dañino, abusivo y de agresión verbal que ataca principalmente a niños/as, teniendo como fuente objetiva la mala enseñanza de las redes sociales.
Es un libertinaje sucio que violenta los derechos de la aludida población con la promoción de prácticas sexuales perversas, cuan un centro de enseñanza negativa apañada por el silencio, el libertinaje, la democracia y la complicidad de la población adulta que hace tiempo debió declararla conducta inaceptable.
Nos invade la duda de personas y entidades que directo o indirecto tienen el rol de defender esa vulnerable población. No se escuchan las voces de Unicef, Conani, Ministerio de la Mujer, de Salud, de Educación, las iglesias, ni Derechos Humanos y demás.
Nadie plantea enfrentar la cuerería vulgar y abusiva de las redes sociales, promotoras de toda modalidad de sexo distorsionado, pervertido e irresponsable, con propaganda y venta de sexo al mejor postor, que perturba la decencia y la ética, y estimula la niñez y adolescencia al sexo prematuro y comercial. Es una sexualidad aviesa con publicidad burda, que coloca en la cima del honor a las más liberales meretrices del más viejo oficio de trabajadoras sexuales.
La sociedad tiene que rechazar al precio que sea la enseñanza promiscua de prostitución sin límites de las redes sociales, la televisión y del medio que fuere.
Es una conducta que encabezan mujeres carentes de pudor, intoxicando a nuestra niñez, robándole su inocencia. Esto no se soluciona, negando a niños/as por ejemplo, el uso de celular, que es un instrumento de trabajo y de tareas educativas.
No habría forma de controlar esa población, ante un mercado abusador, ratero, prostituido, y desconsiderado que pregona su bajeza 24/7cada día, desvalorizando la sexualidad humana, que es una actividad científica, saludable, cristiana, placentera, y materia prima de la permanencia de la humanidad a través del tiempo. Todo el que ame a los niños/as y adolescentes que proteste con nosotros.
Por: Lic. Santiago Martinez