Es tradición universal que para cada inicio de año la gente presenta sus deseos para ése nuevo año; en ese sentido quiero ahora y aquí presentar mi gran deseo para este nuevo año 2023: Deseo que en la contemporaneidad que hoy día vivimos, logremos superar ese déficit de liderazgo mundial que acusa la humanidad de nuestra época. Si. Hay un gran vacío de liderazgo entre quienes dirigen el mundo.
Dice el doctor Iván Gaton: «No tenemos políticos a la altura del mundo en el que estamos viviendo». Lo que tenemos es una «humanidad insensata» Se trata de un especialista, un experto en temas de geopolítica y relaciones internacionales.
Ahi está la queja del Papa Francisco sobre una humanidad insaciable de poder y dinero: «Hablo de la existencia de una humanidad insaciable de dinero, poder y placer que devora a los más débiles y causa las guerras».
Es el lamento del Santo Padre. Y cuando hablamos de déficit de liderazgo, de vacío de liderazgo, ello es así comenzando por las tres principales potencias del globo terráqueo en todos los órdenes, en lo político y lo económico, en lo científico y tecnológico, hasta concluir en lo militar.
Lo militar lo arrastra todo.
Luego de las tres grandes potencias, pasamos por el G8, hasta llegar a quienes los tantos organismos internacionales como son: La Organización de Naciones Unidas, Organización de Estados Americanos, Organización Tratado Atlántico Norte, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Fondo Monetario Internacional, pasando por el G20.
Obsérvese el manejo de la Pandemia. Obsérvese el desdén, el descuido, el desinterés ante el cambio climático. Interponiendo intereses, que hasta se pueden considerar espureos, ante el sano interés de hacer avanzar a la humanidad hacia un estado de verdadero desarrollo, de bienestar y paz duradera. Obsérvese las guerras…Que no sólo la de Rusia – Ucrania. Obsérvese como a un mínimo de la población mundial le sobra tanto y, como a una inmensa mayoría le falta tanto.
Analizando esta realidad de cosas, acontecimientos insólitos, inauditos, el corazón se me encoge o sobrecoge, y la mente se me tapona o se me tranca. Reitero mi gran deseo ahora en 2023: Que superemos este gran déficit de liderazgo mundial.
Por: Muy cordialmente,
José Vicente Calderón R