Zamfara.– Un derrumbe en una mina de oro en la región de Maru, estado de Zamfara, noroeste de Nigeria, provocó la muerte de al menos 15 personas y dejó atrapadas a más de 50, según reportaron este viernes representantes de la Asociación de Pequeños Mineros de Nigeria.
El accidente ocurrió el jueves cuando cerca de 90 mineros trabajaban en la explotación. Ibrahim Kolo, integrante de la asociación en Zamfara, confirmó que aunque se logró rescatar a algunos mineros, un gran número permanece bajo tierra.
Los equipos de rescate continúan trabajando contrarreloj en la zona, enfrentando condiciones difíciles para alcanzar a quienes permanecen atrapados. Mustapha Aliu, otro miembro de la asociación, manifestó su preocupación por tres de sus compañeros que aún no han sido rescatados.
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La situación se agrava por la presencia de grupos armados, conocidos como «bandidos«, que controlan varios yacimientos mineros ilegales en Zamfara. Estos grupos se financian mediante actividades ilícitas vinculadas a estas minas, complicando las labores de rescate y la seguridad en la región.
Hasta el momento, las autoridades policiales no han ofrecido declaraciones oficiales respecto al derrumbe, lo que añade incertidumbre sobre el avance de las operaciones de salvamento.
Este trágico episodio pone en evidencia las condiciones precarias y peligrosas en las que laboran muchos mineros artesanales en Nigeria, un problema que se extiende a otras zonas del continente, donde la inseguridad y la falta de regulación siguen cobrando vidas.
El derrumbe ha dejado una profunda huella en la comunidad local, que depende en gran medida de la minería artesanal como fuente principal de ingresos. Familias enteras ahora enfrentan la incertidumbre y el temor por la suerte de sus seres queridos atrapados, mientras que la economía informal de la región se ve seriamente afectada.
Organizaciones no gubernamentales han comenzado a movilizarse para ofrecer apoyo a las víctimas y sus familiares, al tiempo que demandan mayor intervención estatal para mejorar las condiciones laborales y la seguridad en las minas.
Ante esta tragedia, expertos en minería y seguridad han señalado la urgente necesidad de implementar regulaciones más estrictas y programas de capacitación para los mineros, así como fortalecer la presencia estatal para combatir la influencia de los grupos armados que operan en la zona.
Sin una respuesta integral, la vulnerabilidad de estas comunidades y el riesgo de futuros accidentes continuarán siendo una amenaza latente, manteniendo un ciclo de pobreza y peligros que cuesta vidas humanas.