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Desacato diplomático

Desacato diplomático

Elvis Valoy

Imitando el caminar de un elefante dentro de una cristalería, así han resultado las palabras y acciones del canciller Roberto Álvarez en la diplomacia. Resulta burlesco ver al mandamás de las relaciones exteriores “rasgarse las vestiduras” ante el rechazo casi absoluto del proyecto de ley sobre Trata de Personas, Explotación y Tráfico Ilícito de Migrantes retirado por el Poder Ejecutivo.

Y es que husmea a doble rasero la pobre defensa (artículo con faltas ortográficas y carente de sintaxis) del ministro del MIREX al retirado proyecto, poniéndose nuevamente en evidencia la inexistente política diplomática de defensa a los intereses del país. Resulta revelador observar al jefe de la política exterior defender esta ordenanza, y al mismo tiempo irrespetar el estado de derecho, los tribunales y a todo el Poder Judicial, como lo ha venido haciendo el funcionario regularmente.

La vehemente defensa a capa y espada de Álvarez al proyecto en cuestión incitaría a pensar que estamos ante una persona legalista y que la Constitución y las leyes dominicanas éste las acepta y respeta. Pero lamentablemente ni en la percepción esto se cumple. Un simple ejemplo de esto lo representan las cancelaciones masivas de diplomáticos y diplomáticas protegidos por leyes.

En ese instante a Álvarez le importó un bledo las leyes. Asumamos que el objetivo era utilizar los puestos de trabajos del MIREX como botín de guerra para el partido de gobierno; perfectamente se pudo hacer los cientos de despidos siguiendo los cánones adecuados y el protocolo legal.

Pero se hizo todo lo contrario, y las leyes dominicanas en manos de Álvarez recibieron el latigazo del desprecio. Insatisfecho con la violación a las leyes y en abierto desacato, el canciller se ha dado a la tarea de “comerse con yuca” las sentencias que emanan de nuestras Altas Cortes.