Editorial

Descomunal estafa

Descomunal estafa

De nuevo República Dominicana despierta con la noticia de una descomunal estafa a través de un esquema piramidal en el cual más de 150 mil personas invirtieron en conjunto más de cuatro mil millones de pesos en la creencia de que obtendrían atractiva rentabilidad, ahorros que se han convertido en sal y agua. La sociedad comercial TelexFree Dominicana, cuya oficina matriz en Estados Unidos se ha declarado en bancarrota, cerró operaciones aquí sin devolver las inversiones realizadas por miles de inversionistas locales, que se estiman en unos cuatro mil 300 millones de pesos.

El Estado de Massachusetts ha acusado a TelexFree de operar un esquema piramidal fraudulento disfrazado como empresa promotora de publicidad, a través del cual pudo estafar a más de 700 mil personas, incluidos unos 150 mil dominicanos.

Difícil será entender por qué tipos de empresas que promueven inversión de alto riesgo se instalan tan fácilmente en territorio nacional y por qué la Superintendencia de Valores no ejerce debida fiscalización sobre sus extrañas y temerarias operaciones.

Se ha dicho que solo siete personas que controlaban a ese empresa manejaban las cuentas de más de 700 mil clientes a los que denominaban “promotores” que llegaron a aportar más de mil millones de dólares, equivalente a unos 43 mil millones de pesos.

Aunque muy tarde, la Procuraduría Especializada Anti Lavado de Activos y la Fiscalía del Distrito han iniciado una investigación en torno a las operaciones de TelexFree, sobre la cual sospechan que sus directivos incurrieron en violación a las leyes monetarias y financieras y en lavado de activos.

Duele decirlo, pero es difícil que los más de 150 mil incautos que cayeron en las redes de esos filibusteros financieros logren recuperar sus inversiones, pero todavía resulta más penoso saber que la mayoría de los estafados pertenecen a familias de menores ingresos.

Esta no es la primera vez ni parece que será la última que con anuencia, indulgencia o indiferencia de la Superintendencia de Valores y de otros órganos de regulación financiera, se instalen aquí empresas que reeditan el canje de “oro por espejitos”, por lo que miles de familias pierden sus ahorros en una gran espiral de estafa y engaño.

El Nacional

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