En el país no hay datos creíbles de la deserción escolar, desde la básica hasta el bachillerato. Inclusive se desconoce la cantidad de niños que se quedan sin ir nunca a las aulas.
Cuando se habla de hacer frente al delito, a la violencia, a las pandillas, a los atracos, las cifras de abandono de las escuelas son vitales.
La avanzadilla del crimen proviene de la marginalidad social, de la exclusión total, y seguro que del analfabetismo y el abandono de la escuela.
Si se hiciera un sondeo en las cárceles dominicanas a simple vista se ve que la mayoría de los reclusos son menores de 30 años, y muchos de ellos confiesan su baja escolaridad.
Un joven que hoy sea analfabeto o que tenga poco nivel, se encuentra fuera del mercado laboral, Ni siquiera puede aspirar a bracero agrícola, debido a que esas plazas no pagan y son cubiertas por haitianos ilegales.
En los barrios de Santo Domingo, Santiago y otras partes del país, hay miles de niños que no van a las escuelas y de jóvenes que han desertado luego de iniciarse en el nivel básico y la primaria.
Con un mercado copado ya por iletrados, el único camino de subsistencia para esa mezcolanza social es iniciarse en las pandillas. Para combatir el delito se debe estudiar esta situación.
Hay individualidades que logran llegar a nivel profesional, venciendo todas las vicisitudes y con el respaldo de madres que se sacrificaron.
Inclusive, en muchas ocasiones estos muchachos estudiosos reciben la burla de los iletrados-pandilleros quienes enrostran que sin estudiar, ni pensar en un trabajo, están mejor que ellos, y les muestran billetes y autos para afincar sus palabras.
Solo se puede llegar a vivir dignamente en base al trabajo, el estudio y la superación. Los otros son caminos equivocados que llevan al hospital, la cárcel o el cementerio.
En las escuelas es necesaria la introducción de las clases de moral y cívica, donde los estudiantes comprendan el respeto a si mismo, a la comunidad y a la Patria.. Esto no se logra con buenas intenciones, sino con un arduo esfuerzo.
Manuel Hernández Villeta