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Dice el documento de cifras actualizadas, recién publicado por el Centro de Estudios de Género, CEG, del Instituto Tecnológico de Santo Domingo, INTEC, en ocasión del Día Internacional de la Mujer, Deudas y moras del Estado Dominicano que limitan la Igualdad Sustantiva y la Autonomía de las Mujeres, que, en nuestro país, la violencia continúa siendo un grave problema de salud pública y de derechos humanos.
De acuerdo al estudio, al 2020, República Dominicana registra la segunda tasa más alta de feminicidios entre las democracias de América Latina, con 2.4 por cada 100,000, seguida de RD, El Salvador, con 2.1, y en una lista encabezada por Honduras con 4.7 por cada 100,000 mujeres. (CEPAL, 2021).
Además, el documento cita la “Encuesta Experimental sobre la Situación de las Mujeres (ENESIM)-2018”, sobre el porcentaje de mujeres de 15 años y más que ha experimentado algún tipo de violencia en el ámbito público y/o privado a lo largo de su vida o en la relación de pareja actual o anterior, 2018: 68.8%, cifra que se eleva al 71.9% en las zonas rurales y hasta el 78.5% en la región norte o Cibao.
El estudio, también resalta que, pesar del aumento del número de denuncias de violencia contra las mujeres, e intrafamiliar, la respuesta del sistema judicial no ofrece la protección, ni las garantías para preservar su vida, y se emiten órdenes de protección que no siempre son ejecutadas ni reducen el riesgo de perder la vida a causa de la violencia machista.
La complejidad de la violencia basada en el género contra las mujeres, es un fenómeno con raíces socioculturales profundas que producen esas manifestaciones reconocidas por la legislación dominicana en la reforma al Código Penal en enero de 1997.
Un reconocimiento amparado en años de estudio, en Convenciones y en la comunidad científica internacional, en experticias concluyentes en niveles emocionales y legales, que se ha visto amenazado desde el propio Congreso dominicano actual, cuando lo que tendría que hace, en realidad, es aprobar la Ley de Violencia Contra la Mujer que tipificaría específicamente el feminicidio y actualizaría con otras formas de violencia de género contra la mujer.
El documento, además, nos recuerda oportunamente las palabras de la actriz australiana, Nicole Kidman, Embajadora de la ONU: «Una de cada 3 mujeres puede sufrir de abuso y violencia durante su vida. Esto es una abominable violación a los derechos humanos, pero continúa siendo una de las pandemias más invisibles y poco conocidas de nuestros tiempos».