La sociedad dominicana recordará por siempre a doña Renée Klang viuda Guzmán, fallecida ayer tarde, como mujer bondadosa, sensible, amorosa, una primera dama que impulsó desde el Gobierno la protección y rescate de la niñez desvalida.
Dueña de una portentosa figura integral de la que resaltaban atributos tales de compañera leal de su esposo, el fenecido presidente don Antonio Guzmán, a quien acompañó por los accidentados trayectos de la historia política, sin expresiones de dobleces o temor.
Aunque retirada de la vida pública, doña Renée gravitó siempre sobra la vida social de su natal Santiago, al impulsar iniciativas relacionadas con su proverbial espíritu solidario y filantrópico, por lo que su deceso, ocurrido a los 98 años, es motivo de particular pesar en la Ciudad Corazón.
Su obra cumbre lo constituye sin dudas el Consejo Nacional de la Niñez (Conani), una institución líder en programa de asistencia y promoción de la infancia, con la cual tan distinguida dama se ganó un amplio espacio en el corazón de todos los dominicanos.
El Nacional participa del luto colectivo por el deceso de doña Renée Klang viuda Guzmán, al tiempo que extiende votos de consuelo a toda su familia, que tiene el privilegio de heredar de tan extraordinaria mujer, su infinito caudal de amor y sensibilidad. Que Dios la acoja en su santo seno.
Deplorable
El Ministerio de Educación ha prometido afrontar y resolver cuanto antes el deplorable cuadro de centenares de estudiantes que almuerzan en el piso en la escuela Teresa Peña, de Cabral, Barahona, una situación irregular que se repite en otros planteles involucrados en la tanda extendida.
Ese plantel, como muchos otros, carece de comedor para alojar a alumnos durante las horas de almuerzo y merienda, por lo que los niños deben comer en los pasillos, lo que resulta incompatible con las expectativas que la sociedad se ha creado sobre el relanzamiento del sector educativo.
Las autoridades educativas están compelidas a ejecutar un operativo para identificar las escuelas donde se obliga a los niños a almorzar en el suelo y corregir de inmediato tan penoso cuadro, que desdibuja los esfuerzos que se atribuyen al Gobierno para mejorar la calidad de la enseñanza básica.