Opinión

E Pluribus Unum“Jenni Rivera”

E Pluribus Unum“Jenni Rivera”

Hasta su trágica muerte, ocurrida en un accidente aéreo el mes pasado, la vida de la estadounidense Jenni Rivera representaba una serie de éxitos.  Nacida en Long Beach, California, Jenni Rivera había superado la pobreza y el abuso para convertirse en cantante.  Como Selena hace ya 25 años, Jenni Rivera inspiró a millones de fanáticos en los Estados Unidos, México y la región.  Durante su trayectoria artística recibió dos premios Billboard, en el renglón de música mexicana.  Recibió premios a la Artista Femenina del Año y al Álbum del Año.  También fue nominada a los Grammy Latinos en el 2002, 2008 y 2011.  En los últimos años su popularidad creció y llegó a calar entre otros grupos hispanos en los Estados Unidos, gracias a tres programas de televisión que ella protagonizaba.

Sin embargo, tal y como dijera el periódico The Washington Post recientemente, mientras fue una superestrella para muchos en los Estados Unidos y México, al buscar su nombre en el Internet vemos que la mayoría de los diarios estadounidenses en inglés nunca escribieron una nota sobre ella.  Sólo escribieron sobre Jenni Rivera después de su muerte.

Hasta el diario Los Angeles Times, el diario de su ciudad natal, nunca publicó una historia sobre su música.  Los medios tradicionales estadounidenses nunca cubrieron la historia de esa joven y talentosa mujer, que cantaba en español, aun cuando su música había deleitado e inspirado a millones de personas en los Estados Unidos.

¿Cómo es posible que la mayoría de los medios de prensa estadounidenses había obviado su historia? Creo que la gran parte de los comentaristas de medios no han llegado a entender que la nueva generación de estadounidenses recibe con beneplácito la diversidad.  De la misma manera, antes de la celebración de las elecciones presidenciales estadounidenses, muchos comentaristas también pasaron por alto la creciente importancia de las nuevas voces que están surgiendo en los Estados Unidos.  Esas nuevas voces abarcan mucho más que los hispanos.  Por ejemplo, el pasado mes de noviembre, el estado de Hawái eligió a TulsiGabbard como el primer representante hindú en el Congreso, y a MazieHirono como la primera mujer asiática-americana en ser senadora.  El estado de Wisconsin eligió a Tammy Baldwin como la primera senadora abiertamente “gay”.  Y en tres estados de la unión los votantes dieron su visto bueno a referendos realizados para permitir el matrimonio entre parejas del mismo sexo.

Lo que los resultados electorales revelan muy claramente es lo siguiente: el cambio demográfico no está por llegar – ya llegó.  Esto es algo que los líderes empresariales han empezado a entender mientras desarrollan estrategias para seguir hacia delante, al mismo tiempo que lanzan campañas de mercadeo dirigidas a grupos desaventajados.  Es algo que los líderes políticos han empezado a entender, y por primera vez en muchos años estamos presenciando los inicios de un serio diálogo en los Estados Unidos sobre la reforma migratoria.

Asimismo, la industria del entretenimiento también está cambiando.  Parece ser que Jenni Rivera entendió estos cambios.  Antes de morir estaba trabajando para ampliar la base de su fanaticada.  Estaba trabajando con importantes productores para desarrollar una comedia de televisión en inglés, dirigida a la familia, donde ella sería la protagonista.  Por primera vez estaba escribiendo y grabando canciones en inglés, preparándose para la producción de un posible disco compacto que estaría dirigido a una audiencia angloparlante de música pop. Como Selena, asesinada unos meses antes del lanzamiento de su primer álbum en inglés, Jenni Rivera recién había iniciado su proceso de introducirse entre el público tradicional estadounidense con su conmovedora presentación en la película Filly Brown, la que dio inicio al VI Festival de Cine Global Dominicano el pasado mes de noviembre. Y, dentro de la mejor tradición estadounidense, no titubeaba cuando tenía que expresar sus ideas, y desfilaba contra las restrictivas leyes migratorias del estado de Arizona.  Su muerte fue una tragedia, específicamente porque los cambios que se están produciendo en los Estados Unidos ahora, en nada limitaban las metas que Jenni Rivera podía lograr.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación