Editorial

Economía de fantasía

Economía de fantasía

El déficit de la balanza comercial de República Dominicana con Estados Unidos ronda los tres mil millones de dólares anuales, en tanto que el intercambio comercial con Suramérica, Asia, Centroamérica y el Caribe también es desfavorable, lo que obliga a Gobierno y sector productivo a reflexionar sobre cómo revertir ese cuadro desolador.

Desde comienzo de siglo, el déficit comercial con Estados Unidos ha superado los 16 mil millones de dólares, situación que se ha agravado a partir de la puesta en vigencia del Tratado de Libre Comercio DR-Cafta.

Las exportaciones dominicanas al mercado estadounidense cayeron en 2013 en 4.1%, mientras que las importaciones subieron un 5%, lo que consolida una tendencia al déficit que se prolonga por 13 años, a pesar de que el país se erige como el principal socio comercial de esa mega economía entre las economías de Centroamérica y el Caribe.

En 2012, el valor de las importaciones desde el Caricom ascendieron a mil 589 millones de dólares y las exportaciones de solo US$160 millones, con el agravante de que República Dominicana se ha convertido en exportador neto de capitales hacia el Caribe con la adquisición de tres plantas cerveceras y la posible instalación de una metalúrgica.

El pronunciado déficit en la relación de ingreso y egreso de dólares a la economía, se alivia en algo con los ingresos por remesas, turismo e inversión extranjera directa, por lo que se requiere que Gobierno y sector productivo aúnen esfuerzo para promover y diversificar el comercio exterior.

La participación de las exportaciones dominicanas en Estados Unidos ha disminuido de 50 centavos de dólar por cada cien que importa ese mercado, mientras se incrementan las importaciones, especialmente en bienes terminados dirigidos al consumo y no a la producción de bienes y servicios.

Ha llegado la hora de precisar cuál será el papel de la agropecuaria, la agroindustria y la industria en una canasta ideal de oferta exportable y qué hacer para romper el círculo vicioso en los términos de la balanza comercial con Estados Unidos, Centroamérica y el Caribe. ¿Acaso el remedio sería retornar a la economía del postre, del cacao, azúcar, café y tabaco?.

Es claro que República Dominicana urge reorientar su economía en base a una agresiva política de promoción del comercio exterior que conjure los crónicos déficits comerciales, porque no se puede insistir en un fantasioso modelo de desarrollo basado en privilegiar las importaciones y desalentar las exportaciones.

El Nacional

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